El lunes en Jerusalén, el primer ministro Benjamín Netanyahu declaró junto al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, que Israel no logró eliminar a los líderes de Hamás en el ataque de la semana anterior en Qatar. Afirmó que la operación tuvo como propósito enviar un mensaje y sostuvo en la conferencia de prensa que el resultado constituía un avance estratégico.
El martes anterior, Israel lanzó varios ataques contra líderes de Hamás en la capital Qatarí, que, según reportes, provocaron la muerte de cinco miembros del grupo y de un oficial de seguridad Qatarí. Medios de seguridad israelíes evaluaron que la operación no abatió a la cúpula del movimiento islamista.
Gobiernos árabes, incluidos algunos con relaciones diplomáticas plenas con Israel, manifestaron indignación tras el bombardeo. El lunes, líderes de países árabes e islámicos criticaron a Israel en Doha durante una reunión de emergencia convocada después del ataque.
El presidente estadounidense Donald Trump expresó su descontento por la operación, aunque moderó sus declaraciones. El domingo señaló a periodistas que Israel debía actuar “con mucho cuidado” con Qatar, al que calificó de “gran aliado”. Poco después del ataque publicó en redes sociales que la operación “no contribuye a los objetivos de Israel ni de Estados Unidos”, aunque precisó que eliminar a Hamás constituye “un objetivo legítimo”.
En la conferencia de prensa, Netanyahu sostuvo que la decisión de actuar contra Hamás en Qatar fue “completamente independiente”. “Nos hacemos responsables en su totalidad”, dijo. “Lo hicimos solos. Punto”. Rubio declaró que “estamos centrados en lo que viene después” para reducir discrepancias públicas con Israel.
Netanyahu criticó a quienes cuestionaron el ataque y citó la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, que prohíbe a los Estados dar refugio seguro a terroristas. Mencionó que, tras los atentados de 2001, Estados Unidos “actuó con gran determinación contra los refugios terroristas que se concedieron a Al Qaeda en Afganistán y al principal terrorista \[Osama] Bin Laden en Pakistán”.
Según The Washington Post, Rubio visitará Qatar el martes. Ese mismo día mantuvo en Jerusalén una reunión privada con Netanyahu durante una hora y media y luego un encuentro ampliado con asesores. El lunes también se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Sa’ar, y con el presidente Isaac Herzog.
La visita de Rubio se desarrolló mientras Israel preparaba su anunciada invasión total de la Ciudad de Gaza. Ese día, las fuerzas israelíes continuaron la demolición de edificios de gran altura en la zona norte de la metrópolis. Las Fuerzas de Defensa de Israel ordenaron a la población palestina de todas las áreas de la Ciudad de Gaza trasladarse a la “zona humanitaria” designada por Israel en el sur de la Franja. Según estimaciones del Ejército israelí, de un millón de palestinos que había en la Ciudad de Gaza, más de 320.000 ya evacuaron.
Antes del viaje, Rubio anunció que trataría con Netanyahu los planes militares para tomar la Ciudad de Gaza y las declaraciones del gobierno israelí sobre una posible anexión de zonas de Judea y Samaria para impedir la creación de un Estado palestino. Indicó también que Trump deseaba que la guerra en Gaza “llegue a su fin”, con la liberación de rehenes y la eliminación de la amenaza de Hamás.
Junto a Netanyahu, Rubio manifestó respaldo a Israel y afirmó que el “resultado ideal” consistiría en que Hamás se rindiera, aunque “puede ser necesaria finalmente una operación militar concisa para eliminarlo”. Añadió que, aunque se mantiene la búsqueda de una vía diplomática pacífica para concluir la guerra, existe la posibilidad de que eso no ocurra.
Rubio sostuvo que “cada uno de los rehenes, tanto los vivos como los muertos, debe regresar de inmediato a casa” y que Hamás “no puede seguir existiendo como elemento armado que amenaza la paz y la seguridad de Israel y del mundo”. Señaló que los habitantes de Gaza merecen un futuro mejor, pero que ese escenario no comenzará “hasta que Hamás quede eliminado y hasta que todos los rehenes, tanto los vivos como los muertos, estén en casa”. Concluyó que Trump mantiene “un compromiso firme” con esos objetivos.