El primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo el miércoles que Israel estaría preparado para atacar dentro de Irán si la supervivencia del Estado judío estaba en riesgo.
«Nuestra línea roja es nuestra supervivencia», dijo Netanyahu en una reunión con medios extranjeros en la que se le preguntó cuál era su «línea roja» para atacar el territorio iraní, en lugar de sus representantes en Siria y el Líbano.
«Hacemos lo necesario para proteger al Estado de Israel contra el régimen iraní que abiertamente exige la aniquilación del Estado judío», dijo Netanyahu.
«No descarto hacer todo lo que tenemos que hacer para defendernos», agregó Netanyahu, quien ve a Irán como la amenaza más peligrosa para Israel.
Dijo que Israel es el único país cuyo ejército está «involucrando directamente contra las fuerzas iraníes» con ataques aéreos en la vecina Siria, donde Irán apoya a las fuerzas del presidente Bashar al-Assad.
Netanyahu dijo el miércoles que el agresivo comportamiento regional de Irán, en contraste con la lucha de Israel contra los militantes islámicos radicales y su avanzada tecnología, había acercado a los Estados árabes hostiles al Estado judío.
«Los países árabes entienden exactamente que Israel no es su enemigo, sino su socio indispensable contra los extremistas», dijo, hablando de «una nueva relación entre Israel y el mundo árabe».
Israel tiene relaciones diplomáticas con solo dos países árabes, Egipto y Jordania, pero recientemente ha estado presionando para ampliar los lazos regionales.
Un acercamiento con Arabia Saudita en particular, un peso pesado regional y rival de Irán, sería un avance considerable para Israel.
Netanyahu dijo que se necesitaba una respuesta diplomática equilibrada ante el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Estambul el 2 de octubre, lo que provocó una protesta mundial.
Si bien describió el crimen como «horrible, nada menos que eso», dijo que todos los países, especialmente aquellos con relaciones formales con Arabia Saudita, deben decidir cómo reaccionar.
«Está equilibrado por la importancia de Arabia Saudita y el papel que desempeña en el Medio Oriente, porque si se desestabiliza Arabia Saudita, el mundo se desestabilizaría… y creo que hay que tenerlo en cuenta, hay un equilibrio», agregó.