Durante la reunión de gabinete de este domingo, el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que la presión militar sobre Hamás está dando resultados concretos. Según afirmó, esta estrategia debilita simultáneamente las capacidades militares y administrativas del grupo terrorista, y al mismo tiempo facilita las condiciones necesarias para lograr la liberación de los rehenes israelíes.
Netanyahu informó que el gabinete decidió intensificar aún más esa presión para acelerar ambos objetivos: la derrota de Hamás y la recuperación de los secuestrados. El primer ministro desmintió lo que calificó como “tres afirmaciones falsas” contra su gobierno. Primero, negó que no haya negociaciones en curso, afirmando que estas avanzan incluso bajo fuego, lo que estaría generando fisuras en las posiciones de Hamás. Segundo, aseguró que Israel está listo para discutir una etapa final, que incluiría el desarme de Hamás, la salida de sus líderes de Gaza, un esquema de seguridad israelí en la Franja y la implementación del plan Trump de inmigración voluntaria. Tercero, rechazó la idea de que el gobierno no se preocupa por los rehenes, calificándola como una réplica de la propaganda de Hamás.
Netanyahu defendió la combinación de presión militar y política como el único camino que ha demostrado ser eficaz en lograr liberaciones. Afirmó que él y su esposa han mantenido contacto directo con familias de rehenes, escuchando su dolor de primera mano.
En cuanto a Hezbolá, Netanyahu advirtió que Israel mantiene una política de tolerancia cero en el norte. Reiteró que el Estado libanés es responsable de cualquier ataque que provenga de su territorio y que Israel actuará con firmeza ante cualquier agresión.
Respecto a los hutíes en Yemen, el primer ministro elogió la ofensiva estadounidense contra el grupo y señaló que Washington ha comenzado a actuar con “gran fuerza”, lo que representa un giro significativo. Aseguró que Israel continuará defendiendo sus intereses en la región mientras agradeció el respaldo de Estados Unidos.