En una rueda de prensa televisada, el primer ministro Benjamín Netanyahu afirma que ha garantizado a las FDI una “libertad de operaciones” en Gaza “sin precedentes” en la historia del Estado, y que la campaña continuará hasta la “victoria total”.
Dice que la presión para detener la guerra contra Hamás es cada vez mayor, pero que él la resistirá. Compara su resistencia a la presión internacional con la de los primeros ministros David Ben-Gurion, que declaró la independencia, Levi Eshkol, que dirigió la Guerra de los Seis Días, y Menachem Begin, que atacó el reactor nuclear iraquí, y la suya propia, que se enfrentó a Irán, luchó contra el terrorismo y “duplicó los asentamientos” a pesar de las presiones “para estrangular” por completo la empresa de los asentamientos.
Gracias a sus esfuerzos, dice, a pesar de la presión internacional para poner fin a la guerra antes de que se alcancen sus objetivos, una encuesta de Harvard-Harris de esta semana encontró un 82 por ciento de apoyo a Israel entre el público de EE. UU. “Más de cuatro de cada cinco nos apoyan a nosotros y no a Hamás”, afirma, y eso “nos da fuerzas para continuar la campaña hasta destruir a Hamás”.
Junto con Jan Yunis, donde las FDI están centradas ahora, dice que la campaña se ocupará de hacer frente a Hamás en el centro de Gaza y Rafah. Se evacuará a los no combatientes, se atenderán las necesidades humanitarias y se respetará el derecho internacional, afirma.
Netanyahu afirma que Israel no ceja en sus esfuerzos por recuperar a sus rehenes. “Exijo los nombres” de todos los rehenes que Israel debería ver liberados en el marco actual propuesto, afirma, y añade que es “demasiado pronto” para saber si el acuerdo previsto llegará a buen puerto.
En cualquier caso, “no capitularemos ante las delirantes exigencias de Hamás”, afirma. “Estamos decididos” a devolver a todos los rehenes, “con o sin un marco”, afirma.
También celebra la reciente votación en la Knesset contra la creación unilateral de un Estado palestino, respaldada por 93 diputados.