El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo el domingo que los árabes que participaron en una manifestación masiva en contra de la Ley del Estado-Nación, que ondeaban banderas palestinas estaban tratando de destruir a Israel y probaron que la legislación era necesaria.
“Tenemos [aquí] evidencia concluyente de la oposición a la existencia del Estado de Israel y la necesidad de la Ley del Estado-Nación”, dijo al comienzo de la reunión semanal del gabinete, refiriéndose a la manifestación dirigida por los árabes en la Plaza Rabin de Tel Aviv el sábado.
“Ayer vimos banderas de la OLP en el corazón de Tel Aviv. Escuchamos las llamadas: ‘Con sangre y fuego, redimiremos a Palestina’. Muchos de los manifestantes quieren derogar la Ley del Retorno, cancelar el himno nacional, bajar nuestra bandera y cancelar a Israel como el Estado-Nación del pueblo judío y convertirlo -como dijeron sus portavoces- en un Estado palestino-israelí”.
Agregó: “Es precisamente por esto que aprobamos la Ley del Estado-Nación. Estamos orgullosos de nuestro Estado, nuestra bandera y nuestro himno nacional. Israel es un Estado Judío y democrático. Los derechos individuales de sus ciudadanos están anclados muy bien en las leyes básicas y otras leyes. Ahora está más claro que nunca que la Ley del Estado-Nación también es necesaria… para garantizar el futuro del Estado de Israel como el Estado Nacional del pueblo judío. Aprobamos esta ley y la defenderemos”.
El primer ministro hizo comentarios similares el sábado por la noche en Twitter luego de que se compartieran imágenes y videos de los manifestantes que ondeaban banderas de la OLP en las redes sociales. “Continuaremos ondeando la bandera israelí y cantando [el himno nacional] Hatikva con gran orgullo”, publicó.
Unos 30,000 árabes israelíes llenaron la Plaza Rabin para la marcha de protesta liderada por la comunidad árabe en contra de la ley recién aprobada que los críticos dicen que margina a los ciudadanos no judíos del Estado.
La ley aprobada por la Knesset el mes pasado por primera vez consagra a Israel como “el hogar nacional del pueblo judío” y dice que “el derecho a ejercer la autodeterminación nacional en el Estado de Israel es del pueblo judío”. También define el árabe como un idioma que tiene un estatus “especial”, no un idioma oficial de Israel.
El gobierno ha argumentado que la nueva ley simplemente ancla el carácter existente del país, y que la naturaleza democrática de Israel y las disposiciones para la igualdad ya están enraizadas en la legislación constitucional existente.
Pero los críticos, tanto en casa como en el extranjero, dicen que socava el compromiso de Israel con la igualdad para todos sus ciudadanos esbozados en la Declaración de Independencia.
Ha provocado particular indignación por parte de la minoría drusa de Israel, cuyos miembros dicen que las disposiciones de la ley los convierten en ciudadanos de segunda clase.
En la manifestación del sábado, docenas de árabes agitaron banderas palestinas desafiando una solicitud de los organizadores del Comité de Supervisión Árabe, quienes querían alentar a la población judía a que asista a la marcha en solidaridad.