Durante una entrevista con el periodista Gadi Taub, Benjamin Netanyahu explicó su estrategia en la guerra reciente y abordó transformaciones históricas en Medio Oriente, desafíos diplomáticos y amenazas clave como Irán.
El primer ministro subrayó que la región ha cambiado radicalmente y que Israel debe consolidarse como un hecho irreversible. Citó el principio del “Muro de Hierro” de Jabotinsky para remarcar que el país no puede ser eliminado. La normalización de relaciones con naciones árabes a través de los Acuerdos de Abraham reforzó esa postura, aunque Irán continúa siendo la principal amenaza regional.
Según Netanyahu, Teherán construyó un corredor terrestre que conecta Irán con Gaza, pasando por Irak, Siria y Líbano. Esta red busca rodear y dominar a Israel mediante grupos como Hezbolá y Hamás. Calificó esta ofensiva como una lucha existencial impulsada por una ideología islamista.
Sobre la ofensiva en Gaza, aseguró que Israel eligió concentrarse en el sur al identificar a Hamás como un objetivo central. Rechazó las propuestas de abrir otro frente contra Hezbolá, argumentando que habría debilitado la ofensiva. En ese contexto, relató su enfrentamiento con el presidente Biden, quien amenazó con cortar la ayuda militar si Israel avanzaba sobre Rafah. Netanyahu respondió que seguirían luchando con los recursos disponibles.
Informó que las fuerzas israelíes mataron a más de 1.200 combatientes de Hamás en Rafah con mínimas bajas civiles. Añadió que Hamás impidió que los civiles escaparan, pero la población decidió huir.
En cuanto al papel de los soldados, destacó casos de valentía como el de un combatiente herido que pidió regresar al frente. Contrapuso este espíritu a una minoría que, según él, amplifica el sufrimiento con apoyo financiero extranjero.
Netanyahu también habló de la ofensiva contra Hezbolá, afirmando que destruyeron infraestructura, depósitos de misiles y acabaron con Nasrallah. Sostuvo que sin Hezbolá, el ejército de Assad se derrumbó.
En relación con Irán, advirtió sobre su ambición nuclear y afirmó que Israel hará todo lo necesario para impedirlo. Reiteró que Teherán sabe que Israel está preparado para una confrontación directa.
Sobre los rehenes, defendió su política de presión militar y diplomática como vía para lograr avances. Afirmó que solo cuando las tropas se acercaron a Rafah, Sinwar mostró disposición a negociar.
De cara al futuro, planteó permitir la salida voluntaria de palestinos de Gaza bajo control israelí. Indicó que muchos estarían dispuestos a emigrar, y que el objetivo es un futuro seguro para Israel y de crecimiento para la región.
Agradeció el respaldo de Donald Trump, destacando su comprensión del equilibrio entre presión militar y diplomática. Finalmente, advirtió sobre la agenda expansionista de Erdogan y dijo que Israel deberá revisar sus relaciones con Turquía.
Concluyó que Israel logró debilitar a Irán, consolidar su presencia en la región y obtener el reconocimiento de los Estados árabes como una realidad irreversible.