Un tribunal de Jerusalén dio al líder de la oposición Benjamin Netanyahu una victoria contra los fiscales el martes, rechazando un intento de modificar la acusación en el más grave de los tres casos del ex primer ministro por los que está siendo juzgado.
El Tribunal de Distrito de Jerusalén rechazó el martes por la mañana una petición de la fiscalía para modificar la acusación del caso 4000 contra Netanyahu. Este se deriva de las acusaciones de que el entonces primer ministro aceleró los cambios regulatorios para beneficiar al propietario del gigante de las telecomunicaciones Bezeq, a cambio de una cobertura favorable por parte de Walla, un medio de comunicación propiedad de Bezeq.
En su acusación, los fiscales acusaron a Netanyahu de haber dado instrucciones a su asesor Shlomo Filber, que también era director general del Ministerio de Comunicaciones, para que impulsara los cambios regulatorios en nombre de Bezeq.
El borrador original de la acusación afirmaba que Netanyahu se reunió con Filber para darle instrucciones sobre los cambios regulatorios “muy poco tiempo después de la confirmación de Filber”. Los fiscales se basaron en este punto para reforzar la afirmación de que Netanyahu buscó el nombramiento de Filber en gran parte para acelerar los cambios buscados por Bezeq.
Sin embargo, tras el testimonio de Filber ante el tribunal, los fiscales trataron de enmendar la acusación, abandonando su afirmación de que Netanyahu instruyó a Filber poco después de su confirmación como director general. El nuevo borrador propuesto por los fiscales decía “en un momento desconocido, después de que el acusado, Netanyahu, decidiera nombrar a Filber como director general del Ministerio de Comunicaciones”.
Los jueces rechazaron el cambio sugerido el martes, señalando que la defensa ya había revelado sus argumentos, y argumentando que las circunstancias no justificaban la alteración.
“La modificación constituye un daño significativo a los derechos y capacidades de los acusados para llevar a cabo su defensa”, escribieron los jueces, añadiendo que los fiscales no pueden “cambiar las reglas del juego”.