El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha expuesto ante el gabinete de seguridad su estrategia para la administración de Gaza tras la guerra.
Esta propuesta, que consolida varias de las posiciones que Netanyahu ha mantenido desde el inicio de la guerra, se presenta formalmente por primera vez al gabinete.
Netanyahu, quien durante más de cuatro meses evitó discutir el futuro de Gaza en el gabinete de seguridad para prevenir divisiones en su coalición, enfrenta la presión de ministros para promover la reinstalación de asentamientos israelíes y una presencia permanente de la Franja de Gaza. Estas acciones, que el primer ministro ha declarado oponerse, podrían mermar el apoyo occidental hacia Israel.
En lo que respecta a la gobernanza de Gaza postguerra, Netanyahu ha sido claro en su rechazo a permitir que la Autoridad Palestina (AP), liderada por Mahmud Abbas, retome el control, aunque ha matizado su posición indicando una oposición a la AP “en su forma actual” más que un rechazo total a cualquier forma de gobierno asociada con Fatah.
El documento de principios presentado no menciona directamente a la AP ni excluye su posible participación en la administración de Gaza.
Propone, en cambio, que los asuntos civiles sean manejados por “funcionarios locales” con experiencia administrativa y sin lazos con naciones o entidades que respalden actividades terroristas.
Aunque el texto es ambiguo, sugiere la inclusión de grupos terroristas que podrían estar financiados por Qatar, como Hamás, o incluso por la propia AP, cuyo programa de bienestar incluye sueldos vitalicios a terroristas.