Nuestra querida Kaia se ha ido.
Hace dos meses Kaia colapsó después de que una hernia discal le rompió el cuello y la paralizó. Se sometió a dos cirugías serias para tratar de ayudarla a recuperarse. Después de tratamientos de hidroterapia y un tratamiento fallido con células de oxígeno, todos nosotros, mi esposa Sara, Yair, Avner y yo, fuimos a despedirnos de ella.
Cuánta felicidad y luz trajo a nuestras vidas. Aprendimos de Kaia sobre el alma y la conciencia de los animales. Kaia fue una gran alma que entró en el corazón de todos los que la conocieron. Estamos felices de haberle dado un hogar y una familia y así extender su vida por años, y ella nos devolvió mucha alegría.
En esta ocasión llamamos a todos los que pueden adoptar animales adultos mayores: denles un hogar y una vida, y obtendrán de ellos tanto cariño y amor.
Kaia era una perra de raza pura de séptima generación de Alaska. Ella nació en Kibbutz Givat Brenner, ganó muchos concursos de belleza y mostró una inteligencia y sensibilidad excepcionales. Esperábamos tanto que ella regresara a nosotros, y que tuviese la oportunidad, al menos una vez en su vida, de experimentar la nieve en Jerusalén.
Kaia era parte de nuestra familia. Cuán grande es nuestro dolor al dejarnos. Siempre la recordaremos.