Al comienzo de la reunión semanal del gobierno en Tel Aviv, el primer ministro Benjamin Netanyahu sitúa el derrocamiento de Hamás como su principal objetivo de guerra.
“Quiero ser claro sobre nuestra política: el objetivo esencial es, en primer lugar, la eliminación de Hamás”, afirma.
A continuación, el primer ministro expone tres condiciones para que eso ocurra: la destrucción de los batallones de Hamás restantes, de los que 17 de 24 han sido derrotados; las operaciones de limpieza, que las FDI están llevando a cabo mediante incursiones en el norte y el centro de la Franja; y la neutralización de la red de túneles de Hamás, “que exige más tiempo”.
Netanyahu hace hincapié en que Israel no pondrá fin a la guerra hasta que se cumplan todos sus objetivos: “la eliminación de Hamás, traer de vuelta a todos nuestros rehenes y garantizar que Gaza nunca vuelva a representar una amenaza para Israel”.
En cuanto a un posible acuerdo sobre los rehenes, Netanyahu dice que “no aceptaremos todos los acuerdos, y no a cualquier precio”. Dice que las informaciones aparecidas en la prensa sobre un acuerdo para liberar a un gran número de terroristas no son ciertas.