El primer ministro Benjamin Netanyahu desmintió categóricamente la acusación de que Israel perpetra un genocidio en Gaza. En una declaración a periodistas israelíes el domingo por la noche, afirmó: “Si hubiéramos querido cometer un genocidio, habría bastado con una sola tarde”.
Netanyahu pronunció estas palabras al concluir una serie de ruedas de prensa consecutivas con medios extranjeros e israelíes, en las que también rechazó nuevamente las afirmaciones de que Israel aplica una política de hambruna en el enclave. En su intervención ante la prensa local, sostuvo que Israel nunca había interrumpido por completo la ayuda humanitaria a Gaza, a pesar de que su gobierno adoptó esa medida a principios de este año.
El primer ministro hizo ambos comentarios al defender la reciente decisión de su gobierno de iniciar una gran ofensiva en la ciudad de Gaza. Según afirmó, el plan conducirá a la derrota de Hamás, aunque ha generado una oleada de críticas tanto a nivel nacional como internacional.
Israel también ha enfrentado recientemente una condena global por los numerosos informes sobre hambruna y muertes por desnutrición en la Franja. Netanyahu ha negado reiteradamente que Gaza sufra hambruna o que Israel busque provocar una crisis humanitaria en la zona. Asimismo, el país ha refutado con vehemencia las acusaciones —formuladas por activistas propalestinos, algunas organizaciones israelíes de izquierda y varios países— de que comete genocidio en Gaza, y asegura que realiza esfuerzos para evitar la muerte de civiles, a quienes Hamás pone en peligro.
“No hay hambruna. No la ha habido. Hubo escasez, pero desde luego no existió una política de hambruna”, declaró Netanyahu durante la rueda de prensa. “Si hubiéramos querido provocar hambruna, si esa hubiera sido nuestra política, los dos millones de gazatíes no estarían vivos hoy tras veinte meses”.
Continuó: “Lo mismo ocurre con el genocidio: si hubiéramos querido cometerlo, habría bastado con una sola tarde”.
Antes, durante la misma rueda de prensa, Netanyahu defendió el enfoque de Israel respecto a la ayuda humanitaria en la Franja, que, según afirmó, ahora se encuentra en proceso de reestructuración. En las últimas semanas, autoridades locales controladas por Hamás, junto con agencias internacionales y grupos de ayuda, han documentado un aumento en el número de muertes por desnutrición en Gaza.
Israel ha cuestionado estas afirmaciones y responsabiliza a Hamás por el robo de la ayuda y a las Naciones Unidas por no distribuirla adecuadamente. No obstante, ante la condena internacional, Israel ha implementado varias medidas para incrementar el flujo de suministros. En la rueda de prensa, se preguntó a Netanyahu si su decisión de suspender la ayuda humanitaria a principios de año constituyó una estrategia fallida para derrotar a Hamás.
“En primer lugar, debemos comprender qué ocurrió en realidad”, respondió. “Nunca dijimos que detendríamos por completo el ingreso de ayuda humanitaria. Lo que afirmamos fue que, junto con la interrupción de los camiones que Hamás confiscaba —apropiándose de la mayor parte de su contenido y vendiendo el resto a precios exorbitantes a la población palestina—, pondríamos fin a esta situación”.
Sin embargo, el 2 de marzo, la oficina del primer ministro anunció: “El primer ministro Netanyahu ha decidido que, a partir de esta mañana, se suspenderá todo ingreso de bienes y suministros a la Franja de Gaza”. Presentó esta medida como una forma de cortar una fuente de ingresos de Hamás y presionar al grupo terrorista para que hiciese concesiones.
Once semanas después, tras intensas presiones de aliados internacionales, Netanyahu revirtió la política y respaldó la Fundación Humanitaria para Gaza, una iniciativa liderada por Estados Unidos para entregar ayuda directamente a los civiles a través de cuatro puntos de distribución, evitando a Hamás y a la ONU. No obstante, esta fundación recibió duras críticas debido a los asesinatos casi diarios cerca de sus centros de distribución y las dificultades de la población para acceder a ellos.
El domingo, Netanyahu admitió que ese enfoque había fracasado y afirmó: “No tuvimos que llegar a esta situación”. Sobre la Fundación Humanitaria para Gaza, explicó: “No quisimos generar hambruna; al contrario, nuestro objetivo fue evitar el saqueo y robo por parte de Hamás. Pero no funcionó como esperábamos, no tuvo éxito porque no había suficientes puntos de distribución, entre otras razones. Aprendimos la lección y lo detuvimos”.
Añadió: “Ahora actuamos de manera diferente. La ayuda ingresa, hacemos todo lo posible para que la mayor parte no caiga en manos de Hamás, y, al mismo tiempo, incrementamos el número de puntos de distribución, los corredores seguros y los lanzamientos aéreos, que en general no llegan a Hamás”.
Los lanzamientos aéreos de ayuda han sido criticados por poner en peligro a las personas al caer al suelo. Los grupos de ayuda han señalado que se necesitan más suministros para poner fin a la desnutrición generalizada en la Franja. Netanyahu ha afirmado que la ayuda aumentará como parte del plan de toma de la ciudad de Gaza.