El primer ministro Benjamín Netanyahu y su esposa, Sara, visitaron el domingo por la tarde el Muro Occidental, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, con motivo de su regreso al poder tras la toma de posesión de su nuevo gobierno la semana pasada.
La pareja estuvo acompañada por el rabino del Muro Occidental Shmuel Rabinovitch y Mordechai Soli Eliav, presidente de la Fundación del Patrimonio del Muro Occidental.
El Muro Occidental es un vestigio del Segundo Templo judío, destruido por los romanos en el año 70 de la era cristiana. Está considerado uno de los lugares más sagrados del mundo para los judíos y es un icono del patrimonio y la historia judíos.
En el libro de visitas del Muro Occidental, Netanyahu citó el Salmo 121, “El que vela por Israel no se adormecerá ni dormirá”, seguido de “Por el bien de Sión, no callaré”, tomado de Isaías 62.
“Esto resume las dos acciones en curso que asumí”, dijo en una breve declaración.
Netanyahu dijo que seguirá esforzándose “por el bien de los ciudadanos de Israel, el Estado de Israel y la Tierra de Israel”.
“Vengo aquí, a nuestra fuente, a tocar las piedras del Muro Occidental, y a recordar que tenemos el deber de preservar el legado de las generaciones [pasadas] y de asegurar nuestro futuro también para las generaciones venideras”, añadió.
El primer ministro colocó una nota de oración entre las enormes piedras del muro, una tradición consagrada.
Netanyahu lideró la victoria de un bloque de partidos religiosos y de extrema derecha en las elecciones del 1 de noviembre y su nuevo gobierno juró el cargo el pasado jueves.
El veterano líder del partido Likud realizó una visita similar al Muro OCcidental en 2015, tras la última vez que ganó unas elecciones de forma absoluta.