El partido Otzma Yehudit declaró su respaldo al proyecto de ley presentado por la diputada opositora Yulia Malinovsky, el cual propone la interrupción total de servicios esenciales en la Franja de Gaza. La iniciativa contempla cesar el suministro de electricidad, agua, combustible y ayuda humanitaria en ese territorio. El respaldo ocurre en el contexto de una creciente tensión entre partidos sobre la gestión de la guerra con Hamás.
Otzma Yehudit justificó su apoyo al proyecto debido a lo que definió como “la prisa… del primer ministro Benjamin Netanyahu hacia un acuerdo de capitulación con Hamás”, afirmando que esta posición contraviene los intereses del partido. En consecuencia, respaldará la propuesta legislativa que busca detener “el suministro de ayuda humanitaria al enemigo”.
El partido ha reiterado que considera abandonar la coalición gubernamental si se concreta un acuerdo de rehenes con Hamás. Esta postura ha incrementado la presión sobre el Ejecutivo en medio de las negociaciones. “Hago un llamamiento a todos los partidos sionistas en la Knéset que realmente quieren el regreso de los rehenes y el derrocamiento de Hamás a que voten a favor de mi proyecto de ley”, declaró Malinovsky.
Yisrael Beytenu, formación a la que pertenece Malinovsky, pidió el apoyo unificado de los partidos sionistas, tanto oficialistas como opositores. El partido manifestó que “no hay que alimentar a los monstruos de Hamás” y exigió cesar cualquier envío de recursos. Según su declaración, “es inconcebible que el Estado de Israel siga enviando miles de camiones, electricidad, agua y combustible a una organización asesina que retiene a nuestros rehenes, pone en peligro a nuestros soldados y confisca la ayuda que enviamos”.
La propuesta de ley fue anunciada mientras organismos internacionales advirtieron sobre un deterioro acelerado de la situación humanitaria en Gaza. Según esos informes, la mayoría de la población enfrenta escasez severa de alimentos y agua, con condiciones críticas en los centros de atención médica y refugios.
Funcionarios del gobierno israelí argumentaron que el mantenimiento parcial de la ayuda busca evitar represalias diplomáticas y sostener la cooperación internacional durante las negociaciones para liberar a los 50 rehenes que aún permanecen bajo control de Hamás. Sin embargo, legisladores de línea dura afirmaron que los envíos actuales fortalecen a la organización terrorista y deben finalizarse sin excepciones.