Políticos de todo el espectro celebraron la muerte del líder de larga data de Hezbolá, Hassan Nasrallah, luego de un masivo ataque aéreo israelí en Beirut el viernes, y miembros del gabinete del primer ministro Benjamin Netanyahu pidieron al premier que continuara atacando al grupo terrorista.
El presidente de la Knéset, Amir Ohana, tuiteó una foto del líder terrorista muerto junto con una amenaza. “Quien fue por su camino, llegó a su lugar”, escribió en persa.
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, elogió a Netanyahu, al ministro de Defensa, Yoav Gallant, y a otros funcionarios del gabinete por haber tomado la “importante decisión” de eliminar a Nasrallah, diciendo que ahora era el momento de continuar “desmantelando” a Hezbolá para “eliminar la amenaza del Estado de Israel” y permitir que los residentes del norte regresaran a sus hogares.
El ministro de Cultura y Deportes, Miki Zohar, declaró que el ataque a la sede subterránea de Hezbolá en la capital libanesa restableció el “honor nacional” y la “disuasión” israelíes, y añadió que “con la ayuda de Dios continuaríamos haciendo todo lo posible para derrotar a todos nuestros enemigos y devolver a nuestros rehenes a casa”. Al igual que Ben Gvir, Zohar también expresó gratitud hacia Netanyahu, Gallant y los servicios de seguridad.
El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, calificó a Nasrallah como “uno de los mayores opresores del pueblo de Israel” y afirmó que su eliminación constituía “una fiesta” y “un nuevo capítulo escrito en el Libro de las Crónicas del Pueblo de Israel”. “Este fue un momento que unió los corazones de los ciudadanos de Israel con la esperanza y la aspiración de ganar en todos los frentes, de devolver a nuestros rehenes y de traer a nuestro pueblo una nueva realidad de seguridad y fortaleza”, declaró.
“La eliminación de Nasrallah y de la cadena de mando de Hezbolá fue un acontecimiento decisivo” que abrió oportunidades para Israel, afirmó Benny Gantz, líder del partido opositor Unidad Nacional. “Para ello, debíamos seguir atacando a nuestros enemigos y emprender acciones políticas con nuestros amigos”, sostuvo.
“Sí, todos tus enemigos perecerán, oh Señor”, tuiteó el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, llamando a “continuar con todas nuestras fuerzas y aplastar a todo Hezbolá, sus combatientes, su infraestructura y sus capacidades militares”. “Si Dios quiere, terminaremos esta larga guerra en Israel cuando todos los ciudadanos de Israel ya no se enfrenten a una amenaza ni del norte ni del sur”, afirmó.
La diputada demócrata Merav Michaeli también acogió con satisfacción el ataque, pero pidió a los israelíes “no confundirse”. “La eliminación de comandantes, por más altos que fueran, no cambiaba el simple hecho de que todavía estábamos en una guerra sin salida y nuestros rehenes todavía estaban en cautiverio”, dijo, y pidió a Israel que “aprovechara la ventaja que las Fuerzas de Defensa de Israel obtuvieron para nosotros para un acuerdo político que devolviera a los rehenes y ayudara a fortalecer a los moderados y aislar a Irán”. “Esto era lo único que garantizaría la seguridad del Estado de Israel”.