Hoy martes, el Tribunal Supremo ha emitido una orden condicional en la que ordena al Estado que explique por qué no procesa al rabino jefe de Jerusalén, el rabino Shlomo Amar.
La orden se emitió después de que el rabino Amar hablara en contra de la comunidad reformista, los LGBTQ y las Mujeres del Muro, en contra de la ley disciplinaria a la que está obligado como rabino de la ciudad.
El rabino jefe sefardí de Israel, rabino Yitzhak Yosef, comentó la orden del Tribunal Supremo: “La injerencia del Tribunal Supremo en la libertad de expresión de los rabinos que cumplen con sus deberes y actúan de acuerdo con sus obligaciones, y en virtud de sus deberes rabínicos, es inaceptable”.
El rabino Yosef respaldó al rabino Amar: “La declaración del rabino jefe de Jerusalén, Amar, es en virtud de su cargo de rabino y su deber era expresar su opinión sin miedo. Pido al Tribunal Supremo que se retracte de esta sentencia y permita la libertad de expresión de los rabinos para cumplir con su deber”.
El rabino jefe askenazí de Israel, el rabino David Lau, respondió: “La sentencia dictada hoy es triste y decepcionante. Es importante comprender que todo rabino tiene el derecho y el deber de expresar su posición, con sujeción a la ley judía. Los intentos de amenazar a los rabinos mediante peticiones rencorosas no debilitarán sus espíritus. Cualquier intento de interferir en el juicio halájico de los rabinos no tendrá éxito”.
“Envío mi apoyo a mi querido colega, el rabino Shlomo Moshe Amar, y subrayo que está claro para todos que el juicio halájico permanecerá solo bajo los auspicios de los rabinos”, añadió el rabino Lau.
La petición presentada por el movimiento reformista, citaba una serie de citas del rabino Amar, que según los peticionarios, requieren que el rabino sea sometido a un procedimiento disciplinario debido al “comportamiento impropio de un funcionario público”.