Un informe preliminar del Ministerio de Salud documenta los abusos físicos y mentales sufridos por los rehenes israelíes en la Franja de Gaza, incluidos niños, y las secuelas que enfrentan. Israel planea presentar este documento ante las Naciones Unidas.
El informe, basado en testimonios de rehenes liberados en noviembre de 2023 y de aquellos rescatados posteriormente por las fuerzas israelíes, describe actos de violencia como quemaduras, golpes, privación de alimentos y humillaciones, además de los efectos duraderos en su salud física y mental.
Los detalles del informe, difundidos por Canal 12 y Ynet, revelaron el jueves cómo los rehenes soportaron días de oscuridad, con extremidades atadas, escasa comida y agua. Muchos fueron golpeados, les arrancaron el cabello, quemados y marcados con metal caliente. Algunos, incluidos niños, también sufrieron agresiones sexuales.
Este es el primer documento oficial elaborado por el Ministerio de Salud sobre las vivencias de los rehenes. El informe final, realizado en colaboración con el Ministerio de Bienestar Social, se entregará al comité de la ONU que aborda casos de tortura.
El ministro de Salud, Uriel Buso, calificó el informe como “un documento significativo que revela las atrocidades sufridas por los rehenes y muestra al mundo la crueldad de nuestros enemigos”.
Los testimonios destacan que los rehenes heridos no recibieron analgésicos, enfrentando dolores intensos durante procedimientos médicos, incluidos algunos quirúrgicos. Además, reportaron la falta de acceso a duchas y largos periodos de espera para usar baños, siendo en ocasiones forzados a ensuciarse.
Según el informe, algunas mujeres fueron obligadas a desempeñar tareas como “sirvientas”, un dato revelado por el Canal 12.
Informe revela más detalles sobre el sufrimiento de rehenes israelíes en Gaza
Para preservar la privacidad de los rehenes, el informe no incluye información personal como nombres, edades ni estados familiares. Durante el ataque de Hamás al sur de Israel el 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 muertos, 251 personas fueron secuestradas.
De los secuestrados, 96 siguen en Gaza, incluyendo los cuerpos de al menos 34 cuya muerte confirmó el ejército israelí. Hamás liberó a 105 civiles durante una tregua en noviembre, y cuatro fueron liberados previamente. Las fuerzas israelíes rescataron con vida a ocho rehenes y recuperaron los cadáveres de 38, entre ellos tres que murieron por error al intentar escapar.
Los rehenes liberados describieron cómo fueron separados de sus familiares también cautivos. Relataron que, incluidos niños, fueron forzados a ver vídeos de las atrocidades cometidas el 7 de octubre.
“El mundo debe presionar más a Hamás y a sus aliados para la liberación inmediata de todos los rehenes”, afirmó el ministro Uriel Buso.
El informe señala que varios rehenes sufrieron inanición, perdiendo entre 8 y 15 kilos en el caso de los adultos. Los niños, en promedio, perdieron el 10% de su peso corporal, aunque algunos alcanzaron un 18%. Estas condiciones causaron un deterioro muscular, debilitamiento inmunológico y efectos psicológicos graves, especialmente en los menores.
Por las malas condiciones higiénicas y el consumo de agua contaminada, los rehenes padecieron dolores estomacales y diarrea durante su cautiverio, según el documento citado por Ynet.
Informe detalla secuelas físicas y psicológicas en rehenes liberados
El informe señala que, antes del alto el fuego del año pasado, los captores proporcionaron a los rehenes más comida y ropa limpia, aparentemente para aparentar mejores condiciones de cautiverio. Sin embargo, esto generó preocupación entre las autoridades israelíes por los riesgos de salud que implica la sobrealimentación tras periodos de inanición, especialmente considerando a los rehenes que llevan más de 440 días cautivos.
Se teme que los captores repitan esta práctica si se logra un nuevo acuerdo para liberar a más rehenes. Mientras tanto, las autoridades trabajan en negociaciones para un nuevo alto el fuego mediado.
Los ex rehenes enfrentan profundas secuelas psicológicas. El informe detalla casos de ansiedad aguda, ataques de pánico y dificultad para retomar la vida cotidiana. Algunos adultos y niños apenas logran hablar en voz alta o salir de sus casas, reflejo del silencio impuesto durante el cautiverio. Otros no pueden volver al trabajo o la escuela.
Problemas como insomnio, dolores sin explicación médica y trastornos alimentarios también persisten. Algunos rehenes comen en exceso o muy poco, mientras que ciertos niños esconden comida como respuesta al trauma vivido.
Los expertos que participaron en la elaboración del informe afirman que muchos liberados sienten que no pueden sanar completamente mientras otros continúen cautivos. Los relatos de los rehenes se han ido ampliando con el tiempo, según un funcionario del Ministerio de Salud citado por Ynet. “Al principio compartieron menos, pero con el tiempo se sintieron más capaces de hablar”, explicó.
El funcionario subrayó la importancia de generar presión internacional para garantizar la liberación de los rehenes restantes. “Es crucial que quienes puedan influir en los comités mundiales actúen para lograr su regreso a casa”, concluyó.