EL CAIRO – El gobernante de facto de los Emiratos Árabes Unidos mantuvo conversaciones con el viceministro de Defensa de Arabia Saudita en Abu Dhabi el domingo sobre asuntos militares y de defensa y seguridad regional en un momento de tensiones crecientes con el enemigo común, Irán.
El Príncipe Heredero de Abu Dhabi, Sheikh Mohammed bin Zayed al-Nahyan, y el Viceministro de Defensa de Arabia Saudita, el Príncipe Khalid bin Salman, hablaron sobre “los desafíos que enfrenta la región del Golfo Árabe y sus repercusiones en la estabilidad y seguridad de sus países… y los esfuerzos para enfrentarlos”, informó la agencia estatal de noticias WAM.
Las tensiones con Irán han aumentado tras los ataques a las instalaciones petroleras saudíes el 14 de septiembre, que Washington y Riad culparon a Teherán, lo que hace temer que una confrontación directa pueda conducir a una nueva guerra en Oriente Medio.
Irán ha negado cualquier implicación en el asalto reclamado por los rebeldes hutíes, alineados con Irán.
Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, socios en una coalición musulmana sunita que lucha contra los hutíes, han apoyado la campaña de “máxima presión” de Estados Unidos contra el Irán musulmán chiíta desde que Washington renunció el año pasado a un pacto nuclear en 2015 y reimpuso sanciones a la República Islámica.
Los Emiratos Árabes Unidos suavizaron recientemente su retórica, instando a la desescalada tras los ataques a petroleros en aguas del Golfo en mayo y junio, que Washington también culpó a Irán, una acusación que Teherán rechaza.
Las diferencias entre Riad y Abu Dhabi también surgieron a raíz de la ruinosa guerra en Yemen, después de que los Emiratos Árabes Unidos redujeran su presencia en junio bajo la presión de los aliados occidentales para poner fin al conflicto que ha llevado a millones de personas al borde de la hambruna.
La coalición liderada por Arabia Saudita intervino en Yemen en marzo de 2015 contra los hutíes después de que expulsaran al gobierno de Abd-Rabbu Mansour Hadi del poder en la capital, Sanaa, en 2014.
Arabia Saudita está intentando impedir un nuevo frente en la guerra multifacética después de que los separatistas yemeníes del sur armados y entrenados por los Emiratos Árabes Unidos tomaran en agosto la sede provisional del gobierno de Hadi en el puerto de Adén, en el sur del país, en una lucha por el poder.
El reino ha estado celebrando conversaciones indirectas entre los separatistas y el gobierno yemení respaldado por Arabia Saudita, ambos parte de la coalición, para poner fin al estancamiento que corre el riesgo de fragmentar aún más al Yemen y complicar los esfuerzos de paz de las Naciones Unidas.
El conflicto es ampliamente visto como una guerra de poder entre Arabia Saudita e Irán. Los Hutíes, que niegan ser un proxy de Irán, ofrecieron el mes pasado dejar de lanzar misiles y aviones no tripulados a las ciudades sauditas si la coalición hacía lo mismo.