Alemania condenó al comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán por amenazar con destruir a Israel y exige que Teherán tome medidas para reducir la tensión en la región, dijo el martes un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania.
“Condenamos en los términos más enérgicos las recientes amenazas de la Guardia Revolucionaria Iraní contra Israel. Esos comentarios hostiles sobre Israel no son en absoluto aceptables. La existencia de Israel no es negociable. Exigimos que Irán acepte forjar relaciones amistosas con todas las naciones de la región y tomar medidas prácticas para reducir la escalada”, dijo.
La agencia de noticias Tasnim informó el lunes que el general de división Hossein Salami dijo que Irán tenía los medios necesarios para borrar a Israel de la faz de la tierra. Añadió que la destrucción del enemigo de Irán ya no era un “sueño” sino un “objetivo alcanzable”. Salami dijo esto en una reunión bianual en Teherán para comandantes de la Guardia Revolucionaria Iraní (CGRI).
Los comentarios de Salami llegaron dos días después de que Abbas Nilforoushan, subcomandante de operaciones del CGRI, amenazó con que si Israel ataca a Irán, tendrá que recoger “trozos” de Tel Aviv del Mar Mediterráneo.
“Irán ha rodeado a Israel desde cuatro frentes. No quedará nada de Israel”, dijo Nilforoushan en una entrevista con la agencia de noticias iraní Tasnim el sábado. “Israel no está en posición de amenazar a Irán”, dijo según una traducción publicada por Radio Farda, la rama iraní de Radio Free Europe/Radio Liberty, financiada por el gobierno de Estados Unidos.
“Si Israel comete un error estratégico, tendrá que recoger trozos de Tel Aviv de las profundidades del Mediterráneo”, añadió.
En abril, el presidente estadounidense Donald Trump designó oficialmente al CGRI como una organización terrorista, diciendo que era “el principal medio del gobierno iraní para dirigir e implementar su campaña terrorista global”.
Las tensiones entre Irán, Estados Unidos y sus aliados han sido muy fuertes tras los ataques con aviones teledirigidos contra las instalaciones petrolíferas de Saudi Aramco el 14 de septiembre. Aunque el incidente fue reclamado por los hutíes de Yemen, Washington y sus aliados culpan a Irán. Teherán rechazó todas las alegaciones.