La misión de ataque al reactor nuclear Osirak, en Irak, es una de las más sobresalientes de la historia de Israel hacia sus enemigos. Hasta hoy se percibe el gran milagro para la seguridad de los judíos que habitan la tierra de Israel.
La misión fue cancelada en varias oportunidades y finalmente se ejecutó en la víspera de Shavuot del año 1981, minutos antes del comienzo de la festividad.
Uno de los nombres que llevó fue “Tamuz en llamas” pues el tirano de Bagdad Saddam Hussein había denominado al reactor con el nombre “17 de Tamuz” para simbolizar la destrucción de Jerusalén y el abatimiento de sus murallas. Él se veía a si mismo como un heredero de Nabucodonosor.
La historia del reactor nuclear comienza 5 años antes de su bombardeo por la aviación israelí. Por un acuerdo y alianza entre Francia e Irak del año 1975, la potencia europea brindaría uranio enriquecido para la construcción del reactor y se haría cargo de la capacitación y entrenamiento de físicos, científicos, ingenieros y técnicos nucleares para ponerlo en funcionamiento.
El acuerdo fue hecho con la firma del primer ministro de Francia en el mayor secreto, sin la intervención del parlamento. Los franceses denominaron al reactor Osirak pero los iraquíes fueron de denominando cada sector construido Tamuz 1, Tamuz 2, etc hasta que denominaron a todo el reactor “17 de Tamuz”.
A finales de los años setenta Irak estaba en condiciones de crear armamento nuclear y detonarlo. Los iraquíes trabajaban sin cesar y además hicieron un acuerdo con compañías italianas que dieron la tecnología para separar distintos elementos radioactivos. Durante mucho tiempo Francia e Italia recibieron grandes cantidades de petróleo sin costo por “los servicios prestados”.
El gobierno israelí comenzó a preocuparse, no habían dudas sobre la finalidad del reactor nuclear y la rapidez con la que se estaba construyendo. Hubo misiones diplomáticas secretas a Francia y a Irán (Estaba aún el Sha pero contestó que ellos mismos querían fabricar la bomba atómica) que fueron un fracaso.
En 1978 fue presentada al primer ministro Menajem Beguin la noticia que en solo dos años, estaría en condiciones Irak de realizar un bombardeo atómico.
Francia seguía enviando uranio enriquecido y en 1979 ingenieros de ese país viajaron a Irak para comprobar que la obra había llegado a su conclusión. Sin otra chance el gobierno le encargó al máximo jefe militar Rafael Eitán un plan contra el reactor iraquí.
Material de archivo de la Fuerza Aérea israelí tomada durante el ataque en Osirak:
https://www.youtube.com/watch?v=0MwQTCLD1fE
En 1980 ya estaba el plan listo para el ataque, la aviación estaba entrenada pero motivos políticos (y no de seguridad nacional) demoraban la toma de decisión mientras que el tiempo avanzaba angustiosamente y el tirano de Bagdad comenzaba a anunciar en los medios de prensa el bombardeo atómico a Israel.
Luego de diferentes obstáculos y oposiciones se definió que la operación se realizaría el 5 de Sivan, víspera de Shavuot, el día de la entrega de la Torá en Sinaí, el momento en que las naciones del mundo comenzaron su odio (Sina). Para la misión saldrían 6 aviones F 16 que tenían una gran autonomía de vuelo y podían cargar mucho armamento y 5 aviones F 15 para cubrir a los anteriores.
Unos días antes del ataque comenzó el Rebe de Lubavitch una serie de actividades celestiales que nadie podía comprenderlas. Las primeras señales comenzaron dos meses antes de la misión, cuando el Rebe inició una nueva campaña de mitzvot:
“La escritura de un Sefer Torá para los niños”. Durante tres semanas seguidas, en farbrenguens y día a día, el Rebe se dedicó a esta campaña dando indicaciones muy precisas.
En el mes de Iar el Rebe envió un emisario para distribuir dólares de tzedaká a los altos mandos israelíes incluyendo a los aviadores de la base aérea de Tel Nof de donde saldría la misión.
Los militares escribieron al Rebe pidiendo bendición para tener éxito… Un mes antes el Rebe preparó toda una serie de acciones espirituales adicionales e indicó realizarlas en los días y horas, que luego se vió eran muy cercanas al ataque al reactor nuclear.
En la reunión jasídica del Shabat Mebarjim Sivan el Rebe fijó un ayuno de algunas horas para la víspera del mes de Sivan y explicó su necesidad por cuanto el mundo estaba con “inestabilidad”.
La solución, dijo el Rebe, era incrementar el estudio de la Torá, la plegaria, la tzedaká (justicia social) y por ello la teshuvá (retorno) y el ayuno ayudarían a la situación delicada que se estaba atravesando…
De forma sorpresiva ordenó que a partir de Rosh Jodesh Sivan debían congregarse niños en diferentes lugares sagrados, el Kotel en Jerusalén, la cueva de Majpelá en Jebrón, la tumba de la matriarca Rajel para despertar compasión en el cielo por la pureza de sus voces.
Muchos jasidim recordaron que eran órdenes muy similares a las vísperas de la Guerra de Iom Kipur en 1973 cuando el Rebe pidió congregar niños en todos los sitios y especialmente el Kotel y se percibía la sensación de que algo estaba por ocurrir. A horas de Shavuot el Rebe dio nuevas indicaciones pidiendo traer todos los niños posibles para escuchar la lectura de la Torá en la festividad y pidió que se enfatize el amor al prójimo.
La última indicación, la más inesperada, fue anotar a la mayor cantidad de niños posible para la escritura de un Sefer Torá antes de comience Shavuot, haciendo el mayor de los esfuerzos a cada segundo para incorporar más y más niños.
En ese mismo instante salían los aviones para su misión en los cielos de Irak para bombardear el reactor nuclear e impedir la terminación de la bomba atómica. Aquel domingo víspera de Shavuot comenzó la misión denominada “Ofra” u “Ópera”, eludiendo el control de los inspectores americanos (que estaban allí para controlar que Israel solo use sus aviones en caso de ser atacado y no para misiones preventivas) y para no revelarse en los radares, volaban a una altura mínima.
Totalmente concentrados recorrieron en 90 minutos una distancia de 2000 kilómetros a través de Jordania, Arabia Saudí e Irak. El sol se estaba poniendo, en Israel estaba comenzando Shavuot y a las 17:35 descargaron los aviones toda su artillería en 1 minuto 20 segundos destruyendo por completo el reactor cercano a Bagdad regresando los pilotos a Israel sanos y salvos.
Hubo muchas dudas y preguntas que no podían ser despejadas por los aviadores: ¿Cómo no salieron aviones iraquíes a atacarlos? ¿Cómo no hubo fuego antiaéreo contra ellos? ¿Cómo los jordanos que detectaron a los aviones no pudieron informar a tiempo a los iraquíes? ¿Cómo pudieron superar todos los contratiempos que inesperadamente surgieron y pudieron abortar la misión? ¿Cómo pudieron superar el cambio de clima repentino con rotación de vientos que pasó en Bagdad y los hizo volar al ras del mar? ¿Cómo los iraquíes recién pudieron reaccionar cuando ellos ya estaban de regreso?.
El brigadier a cargo de la misión, Zeev Raz, que obtuvo medalla del Tzahal por esto, encontró las respuestas luego de un largo tiempo, en la serie de acciones espirituales que condujo el Rebe de Lubavitch en sincronía con la misión. Un piloto amigo le comentó todo lo que había ordenado y hecho el Rebe paralelo a la misión, solo ahí entendió lo inexplicable y los milagros que los habían acompañado todo el tiempo.
En Israel el clima era festivo, el primer ministro habló sobre cómo se evitó una masacre, mientras que Estados Unidos y Europa condenaban a Israel (¡cuando no!). 10 años más tarde, 1991, en la guerra del golfo, todos se dieron cuenta cuando el tirano de Bagdad comenzó a enviar misiles Scud a Israel. ¿Qué hubiera pasado si tenía en su poder armas atómicas?.