La Administración Civil, una rama de la unidad Coordinadora de Asuntos Gubernamentales en los Territorios (COGAT) del Ministerio de Defensa, afirma que ha iniciado la expropiación de 1.800 dunams (445 acres) de terreno en Judea y Samaria para la “preservación y el desarrollo” de un sitio arqueológico.
Las tierras que la Administración Civil expropia rodean el yacimiento arqueológico de Sebastia, cerca de Nablús, considerado la capital del reino israelita del norte en los siglos IX y VIII a. C.
La Administración Civil sostiene que la expropiación “permitirá el desarrollo de infraestructuras, la ampliación de las excavaciones arqueológicas y el hallazgo de nuevos descubrimientos históricos”.
“La expropiación se llevará a cabo en áreas del sitio arqueológico ubicado en el Área C” de Judea y Samaria, bajo control civil y de seguridad israelí total, “y se implementa tras una negligencia intencional de los propietarios de las tierras y de las autoridades palestinas”, señala el comunicado.
El organismo del ministerio de Defensa afirma que los funcionarios de la Administración Civil ya notificaron a los propietarios de los terrenos el inicio del proceso y la transferencia de las tierras que rodean Sebastia a la gestión de la unidad de arqueología de la Administración Civil.
“Esto se realiza de conformidad con la ley y forma parte de un proyecto más amplio dirigido por el Ministerio de Patrimonio, que incluye una inversión de aproximadamente 32 millones de NIS para modernizar el sitio, mejorar el acceso de los visitantes y desarrollar la zona arqueológica”, afirma la Administración Civil.
El yacimiento arqueológico de Sebastia conserva restos de diversos periodos, desde la Edad del Hierro (1200-586 a. C.) hasta la época moderna. Sus estratos históricos superpuestos abarcan casi 3000 años, desde reyes bíblicos hasta conquistadores romanos, cruzados y otomanos. Aún permanecen fragmentos de casas, murallas y un palacio —que algunos vinculan con los reyes bíblicos de Israel— de la Edad del Hierro, junto con numerosas ruinas de la época romana.
Tanto israelíes como palestinos consideran el sitio parte de su patrimonio cultural, aunque en gran medida ha quedado sin desarrollo ni excavación durante décadas.
Rossella Tercatin contribuyó a este informe.
