Un dron de fabricación iraní, lanzado por los hutíes desde Yemen, recorrió más de 2.600 kilómetros antes de impactar en Tel Aviv el viernes por la mañana, según una investigación de la Fuerza Aérea Israelí (IAF).
El dron Samad-3, modificado y fabricado en Irán, siguió una ruta de vuelo indirecta, lo que probablemente contribuyó a que no fuera identificado como una amenaza y, por ende, no fuera interceptado. El aparato se estrelló contra un edificio residencial en Tel Aviv, causando la muerte de un ciudadano israelí.
La investigación de la IAF reveló que el dron cargado de explosivos voló inicialmente hacia el oeste desde Yemen sobre el mar Rojo, luego alcanzó Eritrea, continuó al norte sobre Sudán y Egipto, y finalmente llegó al mar Mediterráneo, desde donde se aproximó a Tel Aviv.
El dron apareció en el radar israelí como un objeto no identificado mientras se aproximaba a Tel Aviv desde el oeste. Fue rastreado durante seis minutos consecutivos antes de desaparecer del radar temporalmente, según los investigadores.
El análisis de la IAF indicó que el dron estuvo en el aire aproximadamente 16 horas, volando a una velocidad de entre 148 y 185 kilómetros por hora (80-100 nudos).
Aunque la IAF estaba al tanto de las capacidades de los hutíes para lanzar este tipo de drones, no tenía información previa sobre el ataque específico. La investigación concluyó que, de haberse clasificado el objetivo como un dron desde el primer momento, la IAF habría tenido tiempo suficiente para neutralizarlo utilizando aviones de combate o sistemas de defensa aérea.
El dron no fue identificado como una amenaza debido a un error humano de los operadores de control del tráfico aéreo. En ese momento, los operadores estaban ocupados rastreando otro dron lanzado por un grupo respaldado por Irán desde Irak, que fue derribado por aviones de combate israelíes.
La IAF explicó que los operadores frecuentemente ven objetivos que aparecen y desaparecen del radar, muchos de los cuales resultan ser aves o distorsiones causadas por nubes. Además, la atención de la IAF se ha centrado más en las amenazas provenientes del norte, este y sur, y menos en las del oeste.
Como respuesta al ataque, la IAF ha duplicado el número de operadores que monitorean los sistemas de radar para mejorar la identificación y clasificación de objetivos. También ha incrementado las patrullas aéreas, especialmente en el Mediterráneo, para detectar mejor las amenazas entrantes.