Estados Unidos señala a Irán por su rol activo en recientes agresiones en Oriente Próximo, destacando su apoyo a entidades como Hamás y Hezbolá.
El lunes, Estados Unidos formalizó acusaciones contra Irán por impulsar ataques contra sus fuerzas en el Oriente Próximo. Paralelamente, se confirmó el despliegue de asesores militares en Israel. Esta acción responde a la creciente tensión en la región, exacerbada por los asesinatos perpetrados por el grupo terrorista Hamás en Israel el 7 de octubre, y la subsiguiente respuesta militar de Israel en la Franja de Gaza.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, comunicó en la Casa Blanca que “Irán sigue apoyando a Hamás y Hezbolá”. Resaltó la participación de Irán en la facilitación de estos ataques, incentivando a otros actores interesados en beneficiarse del conflicto.
Haciendo referencia a la posición de Irán, Kirby afirmó: “Sabemos que el objetivo de Irán es mantener cierto nivel de negación en este asunto, pero no vamos a permitir que lo hagan”. Estas declaraciones llegan después de un periodo de calma relativa, que la administración del presidente Joe Biden había notado con milicias proiraníes en la región, a raíz de conversaciones entre funcionarios estadounidenses e iraníes.
Sin embargo, desde el miércoles, se registraron al menos cinco ataques dirigidos a tres bases militares iraquíes que albergan tropas estadounidenses, parte de la coalición formada para combatir al grupo Estado Islámico. Estos ataques destacan la continua influencia de Irán sobre grupos terroristas y milicias en la región, incluyendo a Hamás, Hezbolá, facciones en Irak, y los rebeldes hutíes en Yemen.

Un funcionario de defensa de alto rango de Estados Unidos advirtió el lunes sobre un posible deterioro de la situación. El funcionario identificó estos incidentes como intentos de Irán y sus fuerzas proxy para intensificar el conflicto actual. Estas acciones, según el funcionario, podrían prefigurar una “escalada mucho más significativa contra las fuerzas y el personal estadounidenses a corto plazo”.
Estados Unidos ha fortalecido su compromiso de defensa con Israel. John Kirby, portavoz del Pentágono, ha confirmado la asignación de un contingente selecto de asesores militares a Israel. Estos expertos, según Kirby, poseen un conocimiento profundo en operaciones similares a las que Israel podría implementar, contribuyendo con su experiencia en el escenario actual.
El equipo de asesores incluye al teniente general James Glynn, reconocido por su liderazgo en la Infantería de Marina y su rol en conflictos previos como la campaña contra el Estado Islámico en Irak. Su presencia responde a la necesidad de proporcionar perspectivas avanzadas y apoyo táctico a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ante la posibilidad de futuras intervenciones terrestres, un detalle que subraya la seriedad de la implicación estadounidense en la preparación de las FDI.
El contexto de esta cooperación se enmarca en los eventos del 7 de octubre, cuando Hamás ejecutó un asalto significativo, en el que masacró a más de 1.400 personas. Este incidente marcó un punto crítico en la historia de Israel desde su fundación en 1948.
Por otro lado, el Ministerio de Sanidad controlado por Hamás ha registrado más de 5.000 bajas, una mezcla de civiles y combatientes, durante los subsiguientes contraataques israelíes. Este número incluye víctimas de una explosión en un hospital en la Franja de Gaza el 17 de octubre, provocada por un misil errante de la Yihad Islámica, aunque Hamás ha responsabilizado a Israel por el hecho. En contraparte, Israel sostiene que, desde el inicio de los ataques, ha neutralizado a aproximadamente 1.500 terroristas de Hamás en su territorio.