El Canal 13 informó que al inicio de la guerra de junio el Mossad envió aproximadamente 100 agentes extranjeros a Irán para destruir lanzadores de misiles y sistemas de defensa antiaérea. La misión se centró en neutralizar infraestructura militar clave en varias ubicaciones del país, con un despliegue coordinado en los primeros momentos de la guerra.
Según el mismo informe, los agentes recibieron entrenamiento especializado antes de ingresar a territorio iraní. Introdujeron de contrabando sistemas de misiles de varios cientos de kilogramos y los instalaron para atacar lanzadores de misiles balísticos y plataformas antiaéreas iraníes. Las acciones incluyeron el montaje y la operación directa de estos sistemas con el objetivo de inutilizar las posiciones estratégicas.
El Canal 13 añadió que esta operación constituye la mayor acción encubierta atribuida al Mossad hasta la fecha. La complejidad derivó de la instrucción previa de los agentes, que no eran israelíes, en el uso de sistemas de misiles avanzados, así como de la logística necesaria para transportar e instalar el armamento sin detección en territorio iraní.