John Spencer, presidente del Programa de Estudios sobre Guerra Urbana en el Modern War Institute de West Point, ha denunciado el uso de “dobles y triples raseros” en la evaluación de Israel en su guerra contra Hamás.
En una conferencia organizada por el Instituto de Asuntos Públicos y Estatales de Jerusalén (JCPA), Spencer afirmó que Israel es juzgado con criterios “que no se aplican en ninguna otra parte del mundo”.
Spencer destacó que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emplean tácticas inéditas para minimizar los daños a los civiles mientras cumplen su misión. Desestimó las acusaciones de bombardeos indiscriminados, crímenes de guerra y genocidio contra Israel como “mentiras”.
Argumentó que, si otros países occidentales fueran sometidos a los mismos estándares que Israel, no podrían combatir el terrorismo. Señaló que Estados Unidos no recibió críticas similares por las muertes de miles de civiles en su lucha contra ISIS, a pesar de que Israel toma más precauciones para evitar bajas civiles.
Como ejemplo de los esfuerzos israelíes, Spencer citó la operación de las FDI en marzo en el Hospital Al-Shifa, que no resultó en víctimas civiles. Resaltó que estos esfuerzos no son valorados por los críticos de Israel, quienes, según él, ignoran el nuevo estándar histórico establecido por el país.
Spencer, con experiencia como estudioso y asesor en guerras urbanas para el ejército estadounidense, afirmó que nunca ha visto a un ejército que tome tantas medidas para proteger a la población civil del enemigo mientras combate en el mismo entorno. Spencer, un defensor habitual de Israel durante la guerra que comenzó con la masacre de Hamás el 7 de octubre, también destacó que ningún ejército moderno se ha enfrentado a más de 30.000 defensores urbanos en múltiples ciudades usando escudos humanos y redes subterráneas construidas bajo sitios civiles mientras mantienen a cientos de rehenes.
Además, mencionó los esfuerzos de Israel por alertar a los civiles de Gaza antes de las operaciones militares mediante millones de llamadas pregrabadas, cientos de miles de panfletos y decenas de miles de mensajes SMS, algo que, según él, ningún ejército ha hecho antes.