Soldados de las FDI y la policía fronteriza entraron a la aldea árabe de Bayt Surik la madrugada del miércoles y volaron la casa del terrorista que asesinó a tiros a tres israelíes en el cercano poblado israelí de Har Adar en septiembre.
Los militares no derribaron todo el edificio, sino que destruyeron solo el departamento de Jamal. A menudo, los militares llevan a cabo tales demoliciones con equipos pesados de ingeniería, pero en este caso, el ejército utilizó cargas explosivas para volar las habitaciones.
En la mañana del martes 26 de septiembre, Jamal, de 37 años, se acercó a la entrada trasera del Har Adar,en las colinas al noroeste de Jerusalén, con un grupo de trabajadores árabes. Cuando lo llamaron para que se detuviera, sacó una pistola robada de su camisa y abrió fuego contra los oficiales de seguridad israelíes que custodiaban la puerta.
כוחות הביטחון הרסו הלילה את בית המחבל שביצע את הפיגוע בהר אדר, בו נהרגו שני מאבטחים ולוחם מג"ב @OrHeller @Yossi_eli pic.twitter.com/PWFsI3Sbrg
— חדשות 13 (@newsisrael13) November 15, 2017
Un oficial de la policía fronteriza, Solomon Gavriyah, de 20 años, y dos guardias de seguridad privados, Youssef Ottman, de 25 años, de la cercana ciudad árabe israelí de Abu Ghosh, y O Arish, de 25 años, de Har Adar, fueron asesinados en el ataque. El coordinador de seguridad del poblado israelí, Amit Steinhart, resultó herido.
Jamal fue abatido a tiros por las fuerzas de seguridad en la escena.
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Ya al día siguiente, las FDI tomaron medidas de la casa de Jamal, que es el primer paso antes de una demolición, y una semana más tarde presentaron a los miembros de su familia una orden de demolición.
El proceso de derribar la casa de un terrorista después de un ataque puede tomar desde unas semanas hasta unos pocos meses, dependiendo de las circunstancias.
Israel recurrió de manera frecuente a las demoliciones de viviendas hasta 2005, cuando el gobierno decidió dejar de emplear la medida. Sin embargo, en 2014, se volvió a utilizar.
En redadas separadas el miércoles temprano en A-Ram y en las aldeas de Yatta y Abeda, soldados de seguridad arrestaron a dos árabes, confiscaron dos armas de fuego improvisadas y dos pistolas, y descubrieron un alijo de miles de shekels que el ejército dice que fueron destinados a financiar ataques terroristas.