El ejército israelí anunció el jueves que proporcionará a los padres de las soldados de vigilancia asesinadas en la masacre de Hamás del 7 de octubre las grabaciones de las comunicaciones y videos de los momentos previos al ataque, atendiendo una solicitud presentada al Tribunal Superior de Justicia.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicaron que las grabaciones de la base militar de Nahal Oz abarcarán “desde el día anterior a la masacre y/o el último turno de cada una de las mujeres soldados, independientemente de la hora del turno”, según lo requerido por los padres de las víctimas en su petición.
El jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, aprobó la entrega de la documentación, según informó el ejército. Esta decisión pone fin a una larga batalla de casi un año en la que las familias de las fallecidas exigían conocer los últimos momentos de sus hijas antes de ser asesinadas por los terroristas de Hamás.
El abogado Gilad Yitzhak Bar-Tal, representante de las familias afectadas, expresó que “ninguna grabación devolverá a las mujeres soldados de vigilancia a sus padres”, pero elogió la decisión del ejército que evita que las familias en duelo tengan que llevar a los comandantes a un litigio.
Hasta la fecha, una grabación sin editar proveniente del equipo de comunicaciones utilizado por la soldado Roni Eshel, asesinada el 7 de octubre, fue transmitida por el Canal 12 en marzo, brindando una visión de las últimas horas de las soldados de vigilancia, quienes permanecieron en sus puestos hasta el momento del ataque.
Durante las semanas previas al ataque de Hamás —cuando miles de terroristas cruzaron la frontera, matando a unas 1.200 personas y secuestrando a 251—, las soldados de vigilancia alertaron sobre señales de actividad a lo largo de la frontera con Gaza, situada a un kilómetro de la base.
Pese a que las soldados de vigilancia tienen la tarea de proporcionar inteligencia en tiempo real a los efectivos en el campo, ganándose el nombre de “los ojos del ejército”, algunos miembros de esta fuerza, compuesta exclusivamente por mujeres, creen que no se les prestó la debida atención por su género, lo que habría contribuido a la muerte de 15 de ellas en la base ubicada en el kibutz Nahal Oz durante el ataque del 7 de octubre.