La noche del lunes, las Fuerzas de Defensa de Israel emitieron una advertencia de evacuación dirigida a los palestinos en Jabaliya, zona del norte de Gaza desde donde fue lanzado un cohete hacia Sderot. El anuncio fue acompañado por un mapa publicado por el portavoz militar en árabe, coronel Avichay Adraee, quien lo calificó como una “advertencia final” antes de nuevos ataques.
Horas antes, dos cohetes disparados desde el norte de la Franja activaron las sirenas en Sderot. Posteriormente, las FDI ordenaron la evacuación de Beit Lahiya y Beit Janún. La Yihad Islámica Palestina reivindicó ambas ofensivas, que se suman a una serie de lanzamientos recientes contra el sur de Israel.
La primera ronda de disparos ocurrió durante la noche con dos proyectiles, seguida por una segunda ofensiva dos horas después. En ninguno de los casos se reportaron heridos, gracias a la intervención del sistema Cúpula de Hierro y a la rápida acción de los residentes al acudir a los refugios tras las alertas.
Los ataques de este lunes forman parte de una ofensiva más amplia que se ha mantenido durante semanas. El 20 de marzo, tres cohetes de largo alcance fueron lanzados hacia el centro de Israel, y un día después, Hamás atacó Ascalón. Estas acciones derivaron en evacuaciones ordenadas por el ejército israelí antes de aumentar su ofensiva militar en Gaza.
El repunte en los enfrentamientos comenzó tras el colapso de la tregua iniciada el 19 de enero. El acuerdo, mediado internacionalmente, se rompió el 2 de marzo cuando Hamás se negó a liberar a más rehenes, exigiendo condiciones que Israel calificó como inaceptables. Entre ellas, la retirada total de sus fuerzas y el fin del bloqueo sobre Gaza.
Israel rechazó estas exigencias mientras Hamás continúa reteniendo a decenas de secuestrados. El primer ministro Benjamin Netanyahu responsabilizó directamente al grupo por la reanudación de la guerra, atribuyéndola a su negativa a liberar a los rehenes.
Los secuestrados fueron capturados durante el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás irrumpió en el sur de Israel asesinando a unas 1,200 personas y llevándose a 251. Algunos rehenes han sido liberados durante treguas anteriores, en escenarios diseñados por Hamás para maximizar su impacto propagandístico. Las imágenes de entregas rodeadas de multitudes celebrando han sido condenadas por Israel y sus aliados.
A raíz de la ruptura del alto el fuego, Israel intensificó su campaña militar con bombardeos y operaciones terrestres. A pesar del aumento de la presión militar, los grupos armados palestinos continúan demostrando capacidad para lanzar cohetes, lo que refleja una amenaza aún latente desde Gaza.