La noche del martes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) demolieron la vivienda de Muhammad Manasra, el terrorista que perpetró un ataque en febrero cerca de Eli, donde murieron Yitzhak Zeiger, de 57 años, y Uriya Hartum, de 16 años.
Manasra, oficial de policía de la Autoridad Palestina y afiliado a Fatah, el partido político liderado por Mahmud Abbas, es conocido por sus vínculos con actividades terroristas a pesar de que Fatah oficialmente rechaza el terrorismo.
Durante la operación, las fuerzas de las FDI y la Policía Fronteriza realizaron registros y detenciones de varios sospechosos, quienes fueron puestos a disposición de las fuerzas de seguridad para su procesamiento.
En el lugar de la demolición, se registraron violentos disturbios. Las FDI respondieron con métodos de dispersión de disturbios y dispararon contra los principales instigadores. Las autoridades confirmaron haber alcanzado a algunos de ellos. En 2016, las FDI ya habían advertido sobre la disminución del efecto disuasorio de la destrucción de viviendas de terroristas.
La Autoridad Palestina ha iniciado varias campañas sociales para recaudar fondos y reconstruir las casas demolidas de terroristas, mientras que la Agencia de Seguridad de Israel descubrió que algunos terroristas buscan la destrucción de sus casas para resolver disputas personales.
Las FDI han expresado preocupación por estas tendencias, ya que pueden minar el efecto disuasorio. Sin ejemplos específicos, las investigaciones de la Agencia de Seguridad de Israel indican que varios terroristas actúan motivados por conflictos domésticos, esperando que sus viviendas sean demolidas.
La Autoridad Palestina, por su parte, implementó una política en la que cada empleado público dona un día de su salario para la reconstrucción de casas demolidas. En 2016, esto representó un estimado de 25 millones de shekels (6,3 millones de dólares estadounidenses), considerando a sus 145,000 empleados públicos.
En 2018, Mahmud Abbas ordenó la reconstrucción de la casa del terrorista que asesinó a Ronen Lubarsky, según Hussein al-Sheikh, un alto funcionario de la AP. Al-Sheikh declaró a Channel 10 News: “Abu Mazen está siguiendo de cerca los acontecimientos en Judea y Samaria y mantiene numerosas conversaciones para reducir la tensión.
Ordenó la reconstrucción inmediata de la casa de la familia Abu Hamid, destruida en el campo de refugiados de al-‘Amari”.
En 2019, la AP financió la reconstrucción de la casa de un terrorista con cinco hermanos también implicados en asesinatos de judíos; cuatro de ellos cumplen cadena perpetua y uno fue abatido al resistirse a su arresto tras matar a un agente de la Agencia de Seguridad de Israel.
En 2020, la organización Honenu denunció la reconstrucción de la casa de otro terrorista, advirtiendo: “La construcción de una nueva y magnífica casa para el terrorista es un estímulo y apoyo al terrorismo, y quienes participan en ello deben ser detenidos”.
Instaron a las FDI a actuar ante esta reconstrucción, señalando que la inacción podría derivar en ataques aún más graves.