Altos funcionarios de la Fuerza Aérea de Israel aseguraron que el ataque aéreo llevado a cabo en Beirut, que se saldó con la muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, se ejecutó de manera impecable, sin errores ni fuego enemigo hacia los aviones de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
“Todo lo que habíamos planeado se ejecutó con precisión, sin errores, tanto en la inteligencia, la planificación, con los aviones y la operación en sí. Todo salió bien”, señaló el teniente coronel “Mem”, comandante del escuadrón 69 de la Fuerza Aérea Israelí (IAF), que únicamente puede ser identificado por su inicial en hebreo. Este escuadrón, que opera desde la base aérea de Hatzerim en el sur de Israel, vuela aviones de combate F-15I.
“Fuimos a atacar en el corazón de Beirut, en Dahiyeh. Sabíamos a quién queríamos atacar”, añadió “Mem”, refiriéndose al objetivo clave de la misión.
El general de brigada Amichai Levin, comandante de la base aérea de Hatzerim, describió la misión como “muy compleja” y destacó que fue planificada con mucho tiempo de anticipación. Levin afirmó que la eliminación de Nasrallah “tendrá un efecto profundo que cambiará la cara del Medio Oriente”.
Durante la operación, según Levin, no se dispararon misiles hacia los aviones de combate israelíes y “no hubo peligro para las tripulaciones”. Además, el comandante de la base aérea señaló que “decenas de municiones alcanzaron el objetivo en cuestión de segundos con una precisión muy alta”, subrayando que este tipo de precisión era necesaria para alcanzar instalaciones subterráneas a gran profundidad.