Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) bombardearon un edificio en Damasco que, según sus informes, servía como centro de operaciones de la Yihad Islámica Palestina para coordinar ataques terroristas. La ofensiva tuvo lugar el jueves y alcanzó un complejo residencial que, de acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, albergaba a ciudadanos palestinos en el suburbio de Dummar, al noroeste de la capital siria. Una persona murió en el ataque.
El ejército israelí aseguró que no permitirá la consolidación de organizaciones terroristas en suelo sirio y que responderá con contundencia ante cualquier intento de atrincheramiento. Para respaldar su declaración, publicó imágenes del bombardeo.
Un integrante de la Yihad Islámica Palestina declaró a The Associated Press que el ataque se dirigió contra la vivienda de Ziad Nakhaleh, líder del grupo. No se ha confirmado su paradero exacto, aunque se cree que alterna entre Líbano, Irán y Siria. Por su parte, otro miembro de la organización, Ismail Sindak, afirmó que la residencia llevaba años desocupada y negó que Nakhaleh se encontrara en el país. Consultado sobre posibles víctimas, insistió en que la casa estaba vacía.
La Yihad Islámica Palestina, aliada de Hamás y respaldada por Irán, participó en la incursión terrorista del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel. En aquel ataque, más de 5.000 combatientes irrumpieron desde la Franja de Gaza, asesinaron a unas 1.200 personas y tomaron 251 rehenes, desatando la guerra en curso. Algunos de los secuestrados aún permanecen en cautiverio, mientras que los cuerpos de al menos 34 muertos, junto con el de un soldado israelí muerto en 2014, siguen retenidos en Gaza.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, confirmó la autoría del bombardeo y advirtió que cualquier líder extremista islámico que organice ataques contra Israel será perseguido. Katz mencionó específicamente a Ahmed al-Sharaa, líder interino de Siria, utilizando su nombre de guerra, al-Jolani.
Sharaa, quien encabeza el gobierno transitorio tras la caída de Bashar al-Assad, ha tratado de proyectar una imagen moderada y ha prometido proteger a las minorías del país, incluidos judíos, drusos y kurdos. Sin embargo, se ha manifestado en contra de la presencia militar israelí en Siria.
El mismo jueves, el líder sirio firmó la declaración constitucional que regirá durante el período de transición de cinco años. En su discurso, expresó su deseo de iniciar una etapa en la que la justicia reemplace a la opresión.
Israel, no obstante, desconfía del nuevo gobierno sirio. Jerusalén ha condenado con dureza la reciente masacre de civiles alauitas, perpetrada presuntamente por las fuerzas de seguridad del gobierno interino durante enfrentamientos con grupos leales al régimen depuesto. Aunque los refuerzos militares lograron restaurar el orden, la tensión sigue latente en la región.