Aviones de combate israelíes llevaron a cabo un ataque contra aproximadamente 20 lanzacohetes de Hezbolá y otras infraestructuras en Jarmaq, una localidad en el sur del Líbano, según confirmaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El ejército israelí declaró que los lanzadores “representaban una amenaza inmediata para los civiles israelíes”.
Simultáneamente, dos drones lanzados desde el Líbano impactaron en el norte de los Altos del Golán. De acuerdo con las FDI, estos aparatos no alcanzaron ninguna zona habitada.
Hezbolá, por su parte, se adjudicó la responsabilidad de un ataque con un dron kamikaze que tenía como objetivo a soldados israelíes en Metula. El ataque, que ocurrió poco antes de las 8 de la mañana, no dejó heridos, según informaron las autoridades israelíes. El dron explosivo cayó en un área despoblada, sin causar daños materiales significativos.
El grupo libanés también afirmó haber lanzado otro dron a las 6:45 de la mañana, dirigido contra una instalación militar cerca de la frontera con Israel. No obstante, no se activaron alarmas ni se informaron incidentes por parte de medios israelíes respecto a este ataque.
Poco después, el Comando del Frente Interno de las FDI activó una alerta por posible infiltración de drones en Kiryat Shmona y otras zonas cercanas a la frontera. La advertencia cubrió gran parte de la región oriental de Galilea, incluyendo las localidades de Metula, Tel Hai y Manara.
La activación de las alarmas se produjo poco después de que las autoridades locales informaran a los residentes que las explosiones escuchadas provenían de disparos efectuados por las FDI. Algunos medios israelíes señalaron que un dron, lanzado desde Líbano, explotó en Metula, aunque las FDI continúan investigando el incidente.
A pesar de algunos daños materiales, los primeros informes no registraron heridos, y se cree que el dron pudo haber detonado antes de que se activaran las sirenas de alerta.