Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron ataques aéreos en el sur del Líbano la noche del jueves, asegurando que los bombardeos se dirigieron contra instalaciones del grupo terrorista Hezbolá.
Según el ejército israelí, los sitios atacados, utilizados por Hezbolá con respaldo iraní, almacenaban armas y lanzacohetes y representaban una amenaza directa para Israel. Los bombardeos se registraron cerca de las ciudades de Yohmor, Deir Siryan, Yater y Zibqin, según medios locales.
Las FDI señalaron que la presencia de Hezbolá en esas áreas viola los acuerdos entre Israel y Líbano. Paralelamente, en Beirut, cientos de manifestantes pro-Hezbolá se enfrentaron con el ejército libanés tras la decisión de las autoridades de aviación de impedir el aterrizaje de un vuelo iraní, luego de que Israel acusara a Irán de usar esos vuelos para financiar a Hezbolá con dinero en efectivo.
Los ataques ocurrieron en medio de discrepancias sobre la permanencia de las FDI en el sur del Líbano. Israel anunció que mantendrá su presencia en cinco puntos estratégicos tras la fecha límite de retiro acordada en noviembre, medida respaldada por Estados Unidos. Sin embargo, Nabih Berri, presidente del Parlamento libanés y aliado de Hezbolá, expresó que el liderazgo del país rechaza cualquier presencia israelí en territorio libanés.
El acuerdo de alto el fuego establecía que el ejército libanés, junto con las fuerzas de paz de la ONU, debía ocupar la zona tras la retirada israelí en un plazo de 60 días, prorrogado hasta el 18 de febrero. Hezbolá también debía replegarse de sus posiciones cercanas a la frontera con Israel.
Aunque Israel puede responder a amenazas inmediatas de Hezbolá, cualquier riesgo a largo plazo debe ser presentado ante un comité de supervisión con representantes de Estados Unidos, Francia, Líbano y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL).
la guerra con Hezbolá, que escaló hasta convertirse en una guerra de dos meses, inició el 8 de octubre de 2023, cuando el grupo terrorista atacó a Israel con misiles y drones en apoyo a Hamás, que ese mismo día invadió Israel desde Gaza, dejando 1.200 muertos y 251 rehenes. La violencia forzó el desplazamiento de decenas de miles de israelíes en el norte del país.