Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron la demolición de la casa de Samir Hussein, miembro de Hamás, quien atacó a civiles en un tiroteo cerca de Ariel, un asentamiento en Judea y Samaria, en 2024. La acción responde a la política israelí contra terroristas responsables de ataques mortales.
La vivienda de Hussein está ubicada en Einabus, una aldea cercana a Nablús, en Judea y Samaria. Las autoridades procederán con la demolición tras el ataque perpetrado por el terrorista, que dejó un saldo de diez personas heridas.
En el incidente, Hussein disparó contra un autobús civil, causando heridas a diez pasajeros, tres de ellos en estado grave. Las fuerzas de seguridad israelíes neutralizaron al atacante en el lugar del hecho.
El Shin Bet reveló que Hussein, afiliado a Hamás, había sido encarcelado con anterioridad por su participación en actividades terroristas. Su historial incluye acciones vinculadas al grupo, considerado terrorista por Israel.
La familia de Hussein tiene la opción de apelar la demolición de la vivienda, aunque los recursos presentados en estos casos rara vez prosperan. Las leyes israelíes permiten este tipo de medidas como respuesta a ataques terroristas.
Israel justifica la demolición de casas de terroristas como una estrategia para disuadir futuros atentados. Sin embargo, la práctica genera controversia, ya que algunos funcionarios de defensa cuestionan su efectividad.
Activistas de derechos humanos critican estas demoliciones y las califican como un castigo colectivo que afecta a familias enteras. La medida, según los detractores, vulnera principios de justicia al imponer sanciones a personas no involucradas en los ataques.