El miércoles, dos agentes de Hezbolá murieron en un ataque aéreo israelí con drones en el sur del Líbano, mientras el grupo terrorista respaldado por Irán lanzaba varias andanadas de cohetes hacia el norte de Israel a lo largo del día.
Por la tarde, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la ofensiva, tras informes de medios libaneses que señalaban la muerte de dos personas y cuatro heridos graves a causa del ataque.
Más tarde, en la noche, Hezbolá corroboró la pérdida de dos de sus integrantes, identificándolos como Muhammad Badreddine, originario de Harouf, y Hussein Chaito, de at-Tiri. El grupo describió su muerte como parte de su “camino hacia Jerusalén”, término que utilizan para referirse a sus combatientes caídos en ataques israelíes.
El ejército israelí también informó haber destruido lanzadores de cohetes de Hezbolá en Houla, en el sur del Líbano. Estos se encontraban listos para disparar hacia el norte de Israel. Adicionalmente, las FDI confirmaron ataques a edificaciones de Hezbolá en Rab al-Thalathine, Blida y Ayta ash-Shab.
Un edificio utilizado por Hezbolá en Naqoura, cerca de la frontera israelí, fue atacado por tropas terrestres. Autoridades libanesas señalaron que el ataque en Blida se saldó con la muerte de una persona.
El miércoles en la mañana, Hezbolá lanzó varios cohetes hacia la comunidad fronteriza israelí de Manara, los cuales cayeron en áreas deshabitadas sin causar heridos, según las FDI. Hezbolá se atribuyó la autoría del ataque, afirmando que su objetivo era una base militar en la zona.
Más tarde, en Kiryat Shmona y otros poblados cercanos sonaron sirenas de advertencia tras el lanzamiento de otro cohete desde el Líbano, el cual fue interceptado por las defensas aéreas israelíes, informó el ejército. Alrededor de las 4:30 p.m., dos cohetes más impactaron en Kiryat Shmona, causando daños materiales. No se activaron las sirenas antes del impacto, pero el ataque no dejó heridos, según fuentes de la municipalidad.
Aproximadamente a las 10 p.m., Hezbolá volvió a disparar cohetes hacia Kiryat Shmona, lo que activó las sirenas de alerta en la ciudad y áreas circundantes en la franja de Galilea.
De acuerdo con el ejército, los cohetes impactaron en zonas deshabitadas, sin provocar heridos. Hezbolá declaró que estos últimos ataques tenían como objetivo una instalación militar israelí en represalia por el ataque de Israel en Blida más temprano ese mismo día.
Desde el 8 de octubre, Hezbolá ha atacado con frecuencia comunidades israelíes y puestos militares en la frontera, justificando sus acciones como apoyo a Gaza en medio de la guerra en curso. Los enfrentamientos han causado la muerte de 26 civiles israelíes, junto con la de 18 soldados y reservistas de las FDI. También se han registrado ataques desde Siria, aunque sin víctimas reportadas.
Hezbolá ha informado la muerte de 410 de sus combatientes a manos de Israel durante los enfrentamientos, la mayoría en territorio libanés, aunque algunos perecieron en Siria. Además, otros 71 combatientes de otros grupos terroristas, un soldado libanés y decenas de civiles han muerto en Líbano.
Aunque las tensiones en el norte han aumentado, hasta el momento no ha habido una escalada importante en la guerra, a pesar de los temores de que ello ocurra. La región ha estado en un estado de alerta desde la muerte del alto comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, a manos de Israel, tras un ataque con cohetes que dejó 12 niños y jóvenes muertos en los Altos del Golán.
Horas después del asesinato de Shukr, el líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, fue asesinado en Teherán en una explosión que Israel no ha confirmado ni desmentido haber llevado a cabo. Irán y Hezbolá prometieron vengar ambos asesinatos.
En medio de estas tensiones, el enviado especial de Estados Unidos, Amos Hochstein, se reunió el miércoles en Líbano con el primer ministro, Najib Mikati, y el presidente del Parlamento, Nabih Berri, cercano a Hezbolá, para intentar desescalar la situación. Hochstein instó a Israel y Hamás a llegar a un acuerdo de alto el fuego que incluya la liberación de rehenes, lo que podría también reducir los enfrentamientos con Hezbolá y otros grupos respaldados por Irán.
“El acuerdo podría facilitar una solución diplomática en Líbano y prevenir una guerra más extensa”, afirmó Hochstein. “Debemos aprovechar esta oportunidad para avanzar en la diplomacia, y ese momento es ahora”.