Un alto mando de la Fuerza Aérea israelí respondió a las afirmaciones de que los ataques aéreos de Israel en la Franja de Gaza habían sido indiscriminados, afirmando que llevaron a cabo procedimientos cuidadosos antes de atacar cada objetivo.
“Desde la masacre del 7 de octubre, la Fuerza Aérea israelí ha llevado a cabo una campaña precisa, centrada y basada en procesos. Les mostraré los principios que tuvimos en cuenta al planificar las operaciones y abordar las afirmaciones engañosas”, afirmó el general de brigada Omer Tischler, jefe del Estado Mayor de la IAF, en una declaración grabada en vídeo.
“Nuestros principios de planificación incluyeron: 1. Atacar objetivos basándonos en la información y en la necesidad militar de apoyo aéreo cercano. 2. Esfuerzos de evacuación: Nos permitieron atacar y maniobrar en áreas con mínima presencia civil. 3. Seleccionar las municiones adecuadas para minimizar los daños colaterales: Esto nos permitió golpear con precisión a Hamás, aunque operara dentro de zonas civiles. 4. Supervisión en tiempo real: Durante el ataque, vigilamos la zona objetivo. Si no se ajustaba a nuestros procedimientos operativos estándar, lo abortábamos”, afirmó.
Tischler en su declaración también abordó lo que dijo eran “cuestiones que se habían visto en los medios de comunicación”.
“Para empezar, nuestro uso de las llamadas «bombas tontas». El término «bombas tontas» describe las municiones que no son guiadas. Se trata de municiones estándar que utilizan habitualmente los ejércitos de todo el mundo”, afirmó.
“La afirmación de que tales municiones son indiscriminadas o causan daños incontrolables es engañosa. Aunque estas municiones no estén guiadas por GPS, se siguen utilizando con precisión. Se sueltan en un punto específico calculado por el sistema de la aeronave para permitir al piloto golpear un objetivo con precisión”, prosiguió Tischler.
El oficial también respondió a las preguntas sobre los enormes cráteres observados en la Franja de Gaza a causa de los ataques de la IAF.
“Las municiones pesadas se detonan bajo tierra, lo que impide la fragmentación y reduce significativamente la onda expansiva y los escombros resultantes. En estos ataques, el cráter resultante visible en las imágenes de satélite indica que la detonación subterránea se ha producido realmente sobre un objetivo militar, y ha minimizado directamente los daños en las zonas circundantes”, afirmó.
“Además, en muchos casos, utilizamos pequeñas PGM (municiones guiadas de precisión) para atacar objetivos cercanos a zonas sensibles. Esos objetivos incluyen lanzaderas de cohetes, comandantes, pozos de túneles y centros de mando y control, que se encuentran por toda la Franja de Gaza”, afirmó Tischler.
“Pero permítanme ser muy claro. En la guerra pueden producirse errores. Aunque son excepcionales, se siguen cometiendo. Los estudiamos, aprendemos de ellos y, como resultado, introducimos cambios en nuestro proceso”, añadió.