Cohetes lanzados desde el sur del Líbano impactaron cerca de Metula, lo que provocó una reacción militar israelí y reavivó tensiones en la frontera norte.
Metula recibe ataque con cohetes por primera vez desde diciembre
Durante la mañana del sábado 22 de marzo de 2025, cinco cohetes fueron lanzados desde el sur del Líbano hacia Metula, en el norte de Israel, en el primer incidente de este tipo desde diciembre. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que tres proyectiles fueron interceptados por sus sistemas de defensa aérea, mientras que los otros dos cayeron dentro del territorio libanés sin alcanzar objetivos en Israel.
El sistema de alarmas de Metula se activó durante el ataque, lo que permitió alertar a los pocos habitantes que han regresado tras meses de desplazamiento. No se reportaron víctimas ni daños materiales, pero el hecho elevó de inmediato la tensión en la región.
Posteriormente, las FDI respondieron con fuego de artillería y bombardeos aéreos contra posiciones vinculadas a Hezbolá en el sur del Líbano. La televisión estatal libanesa confirmó que una persona murió y tres resultaron heridas en una aldea, sin precisar si las víctimas eran civiles o integrantes del grupo chií.
Hasta el momento, Hezbolá no se ha atribuido el ataque. Sin embargo, el ejército libanés localizó y desmanteló tres lanzacohetes improvisados utilizados en la ofensiva, encontrados entre las localidades de Kfar Tebnit y Arnoun.
Datos clave sobre el ataque con cohetes desde el Líbano
- El ataque del 22 de marzo es el primero desde diciembre de 2024.
- Tres cohetes fueron interceptados por defensas israelíes; dos cayeron en Líbano.
- Las FDI respondieron con bombardeos contra lanzacohetes y un centro de mando.
- Una persona murió y tres resultaron heridas en el sur del Líbano.
- Hezbolá no se adjudicó el ataque; el ejército libanés halló lanzacohetes en Kfar Tebnit.
Israel responsabiliza a Líbano y lanza advertencias tras el ataque

Israel Katz, ministro de Defensa, aseguró que ordenó una respuesta contundente y responsabilizó al gobierno libanés por la agresión. Advirtió que “el destino de Metula es el mismo que el de Beirut” si los ataques continúan, sugiriendo una posible escalada hacia la capital libanesa.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Eyal Zamir, evaluó la situación y confirmó que el ejército mantendrá la política actual de respuesta firme. Las instrucciones del Comando del Frente Interno para la población civil no se modificaron tras el incidente.
David Azoulai, alcalde de Metula, criticó la reacción oficial y acusó a las autoridades de intentar “normalizar” los disparos intermitentes desde el Líbano. En declaraciones a medios hebreos, reclamó una estrategia ofensiva sostenida para proteger a los residentes del norte.
Según Azoulai, varios de los pocos residentes que habían regresado tras el alto el fuego de noviembre abandonaron nuevamente la ciudad. Subrayó que la situación actual no permite un retorno seguro para la población.
El alto el fuego de noviembre no logró estabilizar la frontera norte
El alto el fuego firmado el 27 de noviembre de 2024, bajo mediación de Estados Unidos y Francia, puso fin a más de un año de enfrentamientos entre Israel y Hezbolá. El acuerdo estipulaba el retiro de Hezbolá al norte del río Litani y el despliegue del ejército libanés y la FPNUL en la zona fronteriza.

Israel aceptó suspender sus operaciones militares en territorio libanés, pero se reservó el derecho a responder ante cualquier violación. El pacto permitió el regreso de decenas de miles de desplazados en ambos lados de la frontera, aunque la tensión persistió.
Durante la guerra previo, Hezbolá lanzó más de 8,000 cohetes y drones contra ciudades israelíes como Metula, Kiryat Shmona y Nahariya, lo que provocó 43 muertes, incluyendo 18 soldados. Más de 60,000 personas fueron desplazadas en el norte de Israel.
La Operación Flecha del Norte, lanzada por Israel en octubre de 2024, causó una devastación significativa en el sur del Líbano, con más de 3,000 muertos y 1.2 millones de desplazados. Entre los abatidos estuvieron Hassan Nasrallah y Ali Karki, líderes de Hezbolá, así como Saleh al-Arouri de Hamás.
Israel mantiene presencia militar en el sur del Líbano pese a críticas
Desde el alto el fuego, Israel ha sostenido operaciones selectivas en territorio libanés. Las FDI ejecutaron al menos 15 bombardeos, destacando el del 8 de marzo de 2025 en el valle de la Bekaa, el más intenso desde la tregua, con ataques a lanzacohetes y depósitos de armas.
La FPNUL expresó preocupación por el deterioro de la situación y advirtió que estos incidentes podrían generar consecuencias graves. Instó a ambas partes a respetar el acuerdo y reafirmó que sus fuerzas permanecen desplegadas a pesar del riesgo.
Israel ha mantenido presencia en cinco posiciones estratégicas del sur del Líbano, incluyendo Kfar Kila, Maroun al-Ras y Aitaroun. Esta decisión ha sido rechazada por el gobierno libanés, que acusa a Israel de violar el acuerdo.
El primer ministro Benjamin Netanyahu defendió esta postura el 5 de diciembre de 2024, argumentando que la presencia militar es necesaria hasta que el ejército libanés demuestre control sobre la región. Israel Katz reiteró que Hezbolá no debe reconstruir infraestructura militar cerca de la frontera.
El ataque rompe una tregua de tres meses y eleva el riesgo de escalada

El lanzamiento de cohetes desde el sur del Líbano marca el fin de una relativa calma de tres meses en el frente norte. Netanyahu y Katz ordenaron ataques a docenas de objetivos terroristas en respuesta, reafirmando que Israel no tolerará amenazas a su soberanía.
Las represalias ya causaron víctimas en el sur del Líbano, lo que aumenta la posibilidad de una escalada si Hezbolá u otros grupos reaccionan. Esta situación se presenta mientras la guerra en Gaza continúa tras la ruptura del alto el fuego con Hamás el 1 de marzo.
En Metula, el alcalde Azoulai reiteró la exigencia de una solución permanente que garantice seguridad a sus ciudadanos. El miedo constante a nuevos ataques impide el retorno masivo de los desplazados a la región fronteriza.
El incidente del 22 de marzo pone en duda la viabilidad del acuerdo alcanzado en noviembre y plantea un nuevo escenario de inestabilidad, tanto para Israel como para el Líbano, en un contexto regional ya marcado por varios frentes activos.