Una investigación reveló que las FDI no lograron proteger el cruce de Erez el 7 de octubre, donde murieron nueve soldados y tres fueron secuestrados.
El ataque al cruce de Erez evidenció serias vulnerabilidades militares
El ejército israelí divulgó los resultados de la investigación sobre el asalto al cruce fronterizo de Erez y a la Coordinación y Enlace del Distrito de Erez (DCL), ocurrido el 7 de octubre de 2023, durante el ataque de Hamás a gran escala contra el sur de Israel. El informe confirmó que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no lograron defender el complejo, lo que permitió la infiltración masiva de terroristas de la organización.
El coronel Gidi Kfir-el dirigió la investigación y presentó los hallazgos a las familias de los soldados caídos y al personal que servía en la base. La sesión informativa estuvo a cargo del ex comandante del Comando Sur, Yaron Finkelman. El documento confirmó que las FDI fracasaron en su misión fundamental: mantener la seguridad del paso de Erez, que incluía un cruce de vehículos, una terminal peatonal, el campamento de la DCL y un complejo de globos de vigilancia.
La noche anterior al ataque, el 77º Equipo de Combate de Batallón de la 77ª Brigada Blindada asumió la responsabilidad del área. A las 5:30 de la mañana se activó el protocolo “Listo al amanecer”, y a las 6:29 comenzó un intenso bombardeo con misiles desde Gaza. Poco después, se identificó a un grupo de 20 terroristas de la unidad Nukhba acercándose al cruce, lo que activó el despliegue de una unidad de respuesta.
Datos clave sobre el ataque al cruce de Erez según las FDI
- 9 soldados israelíes murieron y 3 fueron secuestrados durante el ataque al cruce de Erez.
- 120 terroristas participaron en la ofensiva, divididos en dos oleadas.
- La infraestructura del cruce fue tomada y luego destruida por los atacantes.
- Se reportaron fallas de mando, control y transición táctica.
- La ausencia de artillería en la zona dejó a las tropas sin apoyo de fuego.
Los terroristas rompieron la valla fronteriza a las 6:41 a.m. e ingresaron al complejo, donde se extendieron tanto por el paso vehicular como por la terminal. A las 6:55 intentaron abrirse paso en el campamento mediante explosivos, aunque sin éxito. Sin embargo, a las 7:00 hicieron detonar la puerta principal y entraron en el área, dividiéndose para atacar múltiples puntos del recinto militar.
El combate dentro del campamento comenzó a las 7:20. Las FDI consiguieron neutralizar a varios terroristas, mientras que la Fuerza Aérea atacó objetivos en la frontera. A las 9:00, los soldados recibieron la orden de entrar a los refugios, lo que generó confusión entre los mandos. El comandante del pelotón creyó que sus soldados habían sido eliminados, lo que lo llevó a concluir que el campamento estaba perdido.
Hacia las 10:30, una segunda oleada de aproximadamente 100 terroristas asaltó el lugar, saqueó las instalaciones y prendió fuego al campamento. Las fuerzas israelíes no recuperaron el control total del sitio hasta las 11:00 de la noche, más de 16 horas después del inicio del asalto. Durante ese tiempo, los terroristas ejecutaron asesinatos, actos de saqueo y secuestros.
El informe detalla fallos operativos, estructurales y de mando
El informe señaló múltiples deficiencias operativas que agravaron la situación. Entre ellas, la investigación identificó que la transición de los soldados desde un estado defensivo al combate activo fue lenta e ineficaz. Las fuerzas desplegadas eran limitadas en número y capacidades, y no estaban preparadas para enfrentar una amenaza de esta magnitud.
En materia de mando, se reveló que la dirección del combate se realizó por teléfono, sin una estructura de comando clara. Esto obligó a varios soldados a tomar decisiones por su cuenta, sin coordinación centralizada. Además, algunos efectivos no contaban con armamento completo, lo que limitó su capacidad de respuesta.
También se identificó que no había artillería desplegada en el área para brindar apoyo a las tropas, lo que afectó la contención del ataque. El fuego de misiles inicial no fue interpretado como una advertencia seria, lo que impidió que las fuerzas se prepararan adecuadamente ante la ofensiva inminente.
A pesar de las críticas, la investigación valoró positivamente la decisión del comandante del 77º Batallón de priorizar la defensa de las comunidades civiles cercanas, ubicadas en el campo de Erez. Según el informe, esta acción salvó vidas fuera del perímetro militar, aunque significó debilitar la defensa del cruce.
La falta de previsión estratégica comprometió la defensa inicial
El análisis concluyó que la planificación previa al ataque no consideró la posibilidad de una ofensiva coordinada de gran escala, lo que dejó vulnerables puntos clave de la infraestructura militar. El despliegue de tropas en la zona fue insuficiente, y no existía una estrategia clara para responder ante un asalto masivo.
Además, la elección de activar el protocolo “Listo al amanecer” no resultó efectiva ante la magnitud del ataque. Aunque el ejército detectó el movimiento de los primeros terroristas, no logró contener su ingreso ni evitar la posterior toma del campamento. La desorganización en el mando contribuyó al colapso de la defensa.
El campamento albergaba equipos de vigilancia avanzados, incluidos globos de observación, que no lograron prevenir el ataque. El informe no especificó si esos sistemas fueron neutralizados antes del asalto o si simplemente no detectaron la amenaza.
La falta de refuerzos inmediatos también fue un factor determinante. El tiempo que tardaron las FDI en retomar el control permitió a los terroristas ejecutar su plan con gran libertad, intensificando el daño a la infraestructura y aumentando las bajas militares.