Investigaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sobre las batallas del 7 de octubre de 2023 revelaron que la División de Gaza, unidad responsable de la Franja y la seguridad del sur de Israel, fue “derrotada” durante varias horas. Este hecho solo se reconoció meses después de la masacre. El caos y la confusión dificultaron la respuesta inmediata.
Más de 5.000 terroristas participaron en el ataque, mientras que solo 767 soldados de las FDI estaban desplegados en la frontera al inicio de la ofensiva. La falta de reconocimiento inmediato del colapso de la División de Gaza impidió que el Estado Mayor dimensionara la magnitud del ataque y comprendiera la situación operacional, lo que obstaculizó la reacción.
Los informes concluyeron que las FDI no protegieron adecuadamente a los civiles israelíes y no estaban preparadas para un ataque sorpresa de tal magnitud. Periodistas del Times of Israel y otros medios accedieron a las investigaciones del Comando Sur, la División de Operaciones, la Fuerza Aérea y la Armada de Israel.
Hallazgos principales de las investigaciones:
- A las 6:29 a.m., Hamás lanzó una invasión terrestre masiva con más de 5.000 terroristas, simultáneamente con el disparo de 4.700 cohetes contra Israel. El ataque dejó alrededor de 1.200 muertos y 251 secuestrados, en su mayoría civiles, además de una devastación significativa en la zona.
- Durante casi 10 horas, la División de Gaza fue superada y sus posiciones invadidas. Apenas 700 soldados protegían la frontera de 59 kilómetros, muchos de los cuales murieron en combate.
- La mayor parte de las masacres perpetradas por Hamás ocurrieron en las primeras seis horas. Durante ese lapso, los terroristas tuvieron control operacional sobre comunidades fronterizas, bases militares y rutas clave en el Neguev Occidental.
- No fue sino hasta la noche que las FDI lograron retomar el control tras el despliegue masivo de tropas, la asignación de oficiales superiores a los puntos de combate y los esfuerzos conjuntos de civiles y fuerzas de seguridad.
- La eliminación de los últimos terroristas tomó varios días.
Tres fallos principales que facilitaron el ataque:
- El asalto fue completamente sorpresivo y no hubo alertas de inteligencia previas.
- Hamás atacó múltiples puntos a la vez con un gran número de combatientes.
- Las FDI tenían una presencia militar reducida y capacidades limitadas en la zona.
El informe detalla que las FDI no anticiparon la magnitud del ataque, la cantidad de terroristas involucrados ni la velocidad con la que se desplazaron. También destaca la brutalidad planificada del ataque. La presencia militar en la frontera seguía el protocolo, sin refuerzos adicionales, aunque se enviaron drones para vigilancia durante la noche.
Hamás irrumpió en Israel con un ataque terrestre, aéreo y marítimo coordinado
A las 6:29 a.m. del 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó un asalto múltiple contra Israel, combinando incursiones terrestres, ataques aéreos y marítimos, junto con un bombardeo masivo de cohetes. Utilizando explosivos, la organización islamista destruyó la valla fronteriza en 114 puntos, incluidos 37 accesos que forzó a abrir. Además, logró neutralizar casi todas las torres de vigilancia de las FDI en la frontera mediante explosivos arrojados desde drones.
Ocho minutos después, a las 6:37 a.m., la División de Gaza de las FDI activó la alerta máxima “Parash Peleshet”, señal de una infiltración masiva con hasta ocho puntos de incursión, lo que desencadenó el protocolo de refuerzo inmediato. Sin embargo, la magnitud del ataque superó ampliamente las previsiones militares.
Despliegue de las tres oleadas de ataque terrestre
- Primera oleada (6:29 – 7:00 a.m.)
Unos 1.175 combatientes de la fuerza Nukhba de Hamás cruzaron la frontera mientras se disparaban 1.406 cohetes contra bases militares y ciudades cercanas. Su objetivo principal era atacar los puestos fronterizos de las FDI y avanzar hacia puntos estratégicos como la base de Re’im, sede de la División de Gaza, una instalación de inteligencia y la comisaría de Sderot. - Segunda oleada (7:00 – 9:00 a.m.)
Unos 600 terroristas más se sumaron al asalto, acompañados de 937 cohetes dirigidos a comunidades fronterizas y bases de la Fuerza Aérea israelí. - Tercera oleada (9:00 a.m. – 4:00 p.m.)
Un contingente de 435 combatientes de Hamás respaldó las incursiones previas, mientras se lanzaban 1.084 cohetes adicionales.
Simultáneamente, entre la segunda y tercera oleadas, otros 1.325 miembros de Hamás, 580 terroristas de la Yihad Islámica Palestina y combatientes no afiliados se unieron al ataque. Hamás también desplegó ocho terroristas en parapentes y 38 en lanchas rápidas, logrando infiltrarse al menos 16 de ellos.
Respuesta y combate de las FDI
Ante la ofensiva, solo 767 soldados israelíes defendían la frontera. Pese a los intentos de repeler la invasión, el bombardeo masivo de cohetes obligó a muchas tropas a refugiarse, dificultando la respuesta. Aunque las FDI lograron frustrar algunas incursiones, el alto número de atacantes permitió que Hamás rompiera la valla en 114 puntos.
La mayoría de los secuestros, un total de 251 personas, ocurrió antes del mediodía. Para ese momento, muchos de los terroristas que ingresaron a Israel habían muerto en combate o regresado a Gaza, mientras que otros fueron capturados. Los enfrentamientos en varias comunidades continuaron hasta la noche, y en los días posteriores se hallaron combatientes escondidos dentro del territorio israelí.
Las FDI recuperaron el control de la frontera durante la noche del 7 de octubre, tras intensos combates. Se estima que más de 1.600 terroristas fueron abatidos y 149 fueron capturados.
Evacuaciones y dificultades en el rescate de civiles
Tras retomar el control, el ejército israelí inició la evacuación gradual de civiles en comunidades fronterizas, ya que aún había terroristas escondidos en la zona. Durante los rescates, algunas tropas fueron atacadas. En ciertos casos, los soldados heridos fueron evacuados antes que los civiles debido a la falta de un protocolo específico para atender a la población en un escenario de combate dentro de Israel.
Confusión y fallos en la respuesta inicial retrasaron la reacción de las FDI
Uno de los mayores desafíos que enfrentaron las FDI la mañana del 7 de octubre fue la falta de una imagen clara de la situación en tiempo real. La investigación reveló que el colapso de la División de Gaza durante varias horas impidió al Comando Sur y a la Dirección de Operaciones evaluar con precisión el ataque, lo que derivó en decisiones erróneas.
Hamás lanzó una ofensiva a gran escala con ataques simultáneos en toda la zona de la División, incluyendo su cuartel general en la base de Re’im. La capacidad de mando y control quedó gravemente afectada, especialmente en la región sur. Entre las primeras bajas se encontraba el coronel Asaf Hamami, comandante de la Brigada Sur, asesinado poco después de las 7:00 a.m., junto con numerosos oficiales de compañías y pelotones.
Debido a la falta de información precisa, las FDI tuvieron dificultades para desplegar tropas en los puntos más críticos del sur de Israel. Muchas de las comunidades atacadas no recibieron ayuda inmediata porque su situación solo fue detectada horas después.
Respuesta militar y llegada de refuerzos
Tras el ataque sorpresa, el ejército declaró oficialmente el estado de guerra y comenzó a movilizar tropas al sur de Israel. Primero se enviaron soldados en bases cercanas y en estado de alerta, seguidos por aquellos que se encontraban en sus casas y reservistas. Se estableció un despliegue simultáneo en la frontera de Gaza y en el norte del país, ante el temor de que Hezbolá se uniera al ataque.
A medida que la Dirección de Operaciones organizaba el envío de tropas, muchos soldados y comandantes se dirigieron al sur de forma independiente, sin esperar órdenes. En varios casos, combatieron sin el respaldo de su unidad habitual.
Las fuerzas desplegadas en el sur enfrentaron emboscadas de Hamás en las carreteras, dificultando su llegada a las comunidades y bases bajo ataque. Además, la mayoría de los refuerzos llegaban desde el norte y atravesaban Sderot, donde se quedaron atrapados en combates, mientras la masacre de civiles continuaba en otras comunidades del sur. La atención mediática se centró en Sderot debido a los videos difundidos en redes sociales y transmisiones en vivo, mientras que había escasa información sobre lo que ocurría en los kibutzim.
Entre las 7:00 y 8:00 a.m., Hamás atacó 34 zonas, pero solo en 11 había presencia militar israelí. Con el transcurso del día, la situación mejoró y las tropas lograron llegar a todos los sitios hacia las 4:00 p.m. Para organizar mejor la ofensiva, las FDI asignaron comandantes superiores a cada uno de los frentes de combate.
Desafíos en el campo de batalla
Las tropas desplegadas en la frontera enfrentaron dificultades extremas, incluyendo la necesidad de usar potencia de fuego dentro de comunidades israelíes, la falta de información de inteligencia y, en muchos casos, la ausencia de un comando claro. En un número reducido de situaciones, algunas unidades se retiraron y evitaron enfrentarse a los terroristas.
En ciertos casos, oficiales en el terreno aplicaron el controvertido “Protocolo Aníbal”, autorizando medidas extremas para evitar el secuestro de soldados, incluso si esto ponía en peligro sus vidas.
Fuerza Aérea y Armada israelíes enfrentaron dificultades en la respuesta inicial
La investigación de la Fuerza Aérea Israelí (IAF) determinó que sus aviones estaban en estado de alerta conforme al protocolo, con una preparación incluso superior a la habitual. Tras la declaración de guerra a las 7:10 a.m., todos los drones, helicópteros y la mayoría de los aviones de combate despegaron a tiempo, aunque dos aeronaves sufrieron retrasos breves debido al bombardeo masivo de cohetes, que incluyó ataques contra bases aéreas israelíes.
Sin embargo, la cantidad de aviones en reserva no era suficiente para responder a una ofensiva sorpresa de gran escala. Uno de los mayores retos que enfrentó la IAF fue la falta de información clara sobre el panorama general y los posibles frentes de ataque. La dificultad para distinguir entre terroristas y civiles generó vacilaciones en la toma de decisiones, lo que permitió que algunos combatientes de Hamás no fueran atacados por temor a causar bajas civiles. Para mitigar este problema, se realizaron ataques con drones cerca de grupos sospechosos, con el objetivo de dispersarlos. Un ataque de este tipo en la base de Nahal Oz evitó que 11 mujeres soldados de vigilancia fueran capturadas.
El primer ataque con drones ocurrió a las 7:15 a.m. en Netiv Haasara, impidiendo que un grupo de terroristas cruzara la frontera. A las 7:55 a.m., aviones de combate ejecutaron un plan de bombardeo contra túneles y centros de comando subterráneos de Hamás, bajo la suposición de que la infiltración se realizaba a través de esas rutas. No está claro qué impacto tuvieron estos ataques en la invasión.
A las 9:30 a.m., el comandante de la IAF, mayor general Tomer Bar, ordenó ataques aéreos en la zona fronteriza para impedir la entrada de más terroristas y evitar que los ya infiltrados regresaran a Gaza. Durante uno de estos ataques, un helicóptero disparó contra un vehículo que transportaba terroristas y rehenes, causando la muerte de Efrat Katz, quien estaba secuestrada en ese momento.
Infiltración marítima y respuesta de la Armada israelí
La investigación de la Armada reveló que, en la mañana del 7 de octubre, 38 terroristas de Hamás se dirigieron a Israel en siete lanchas rápidas, navegando a unos 55 km/h y manteniendo una separación de 600 a 700 metros entre cada embarcación.
Dos de las lanchas fueron destruidas en el mar por patrulleras de la clase Dvora del Escuadrón 916, mientras que otras tres fueron atacadas al llegar a la costa. Sin embargo, dos embarcaciones lograron desembarcar sin ser interceptadas.
En total, la Armada eliminó a 22 terroristas antes de que pisaran tierra, pero 16 lograron infiltrarse y asesinaron a 17 israelíes en la playa de Zikim. Todos los atacantes fueron abatidos en los días siguientes por fuerzas terrestres y unidades navales.
Los preparativos de la Armada no contemplaban una incursión de esta magnitud. El peor escenario previsto hasta ese momento consistía en la infiltración de una lancha rápida o dos buzos de combate.
Además de responder a la infiltración marítima, comandos de la unidad Shayetet 13 participaron en combates en varias comunidades afectadas por el ataque. Al mismo tiempo, corbetas y lanchas misilísticas fueron desplegadas alrededor de las plataformas de gas en el mar, ante el temor de que pudieran ser atacadas.
Conclusiones de las investigaciones militares sobre el ataque del 7 de octubre
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo investigaciones tácticas sobre 41 enfrentamientos y eventos clave ocurridos durante la ofensiva de Hamás. Aunque cada batalla tuvo características específicas, las evaluaciones revelaron deficiencias sistémicas que deben ser corregidas.
Principales hallazgos tras el análisis de los combates entre el 7 y el 10 de octubre:
- Falta de protección a la población civil
El ejército no logró resguardar a los ciudadanos israelíes ni estaba preparado para un ataque sorpresa de tal magnitud. La valentía de civiles, fuerzas locales de seguridad y tropas de las FDI evitó que la catástrofe fuera aún mayor. - Planes y protocolos inadecuados
Las estrategias y órdenes operativas existentes se basaban en evaluaciones previas y resultaron insuficientes para enfrentar la situación real. Escenarios de este nivel de complejidad no se habían ensayado ni siquiera en los ejercicios militares más avanzados. - Colapso de la División de Gaza
Durante varias horas, la unidad responsable de la seguridad en la frontera fue superada, lo que solo se comprendió completamente en las investigaciones posteriores. Esta falta de información generó una brecha en la percepción del Comando Sur y el Estado Mayor sobre la gravedad del ataque. - Deficiencia en la evaluación operacional
La incapacidad de las FDI para construir una imagen clara del ataque dificultó la respuesta. Aunque se desplegaron tropas masivamente y se asignaron comandantes de alto rango a los puntos de combate, estas medidas no fueron suficientes para contener la ofensiva. - Fuerzas de reserva insuficientes
Aunque el despliegue militar se ajustó a las evaluaciones previas, las reservas no fueron suficientes en términos de rapidez de movilización, cantidad de tropas y capacidades para hacer frente a la ofensiva. - Retraso en la recuperación del control
Civiles, fuerzas de seguridad y militares lucharon con determinación y heroísmo, pero el tiempo necesario para retomar el control permitió que numerosos ciudadanos fueran asesinados y secuestrados.
Consecuencias y renuncias
Como resultado del ataque y de las fallas en la respuesta militar, el general de brigada Avi Rosenfeld, comandante de la División de Gaza en ese momento, presentó su renuncia en junio. Asimismo, el jefe del Comando Sur, mayor general Yaron Finkelman, anunció su dimisión el mes pasado.