El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Hidai Zilberman, se opone a la condena de los legisladores estadounidenses por el ataque a un edificio en Gaza que albergaba varios medios de comunicación internacionales, en el que, según el ejército, Hamás y la organización palestina Jihad Islámica también tenían instalaciones.
Uno de los principales ocupantes del edificio, la agencia de noticias Associate Press, que ha mantenido allí sus oficinas durante unos 15 años, ha negado tener conocimiento de la presencia de Hamás en el edificio y ha exigido a las Fuerzas de Defensa de Israel que faciliten pruebas de ese hecho, lo que Zilberman ha rechazado.
“Ayer publiqué una declaración con los activos que había en el edificio. Los repetiré: una unidad de investigación y desarrollo de Hamás, la inteligencia militar de Hamás y las oficinas de la Jihad Islámica Palestina. Estaba muy claro lo que había allí”, afirma.
Cuando se le pregunta si el ataque no fue un error, dada la denuncia de los principales aliados de Israel, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el senador demócrata Bob Menéndez, que hasta ahora han apoyado mayoritariamente la operación de Israel en la Franja de Gaza en respuesta al continuo lanzamiento de cohetes desde Gaza contra ciudades y pueblos de todo el país, Zilberman se muestra reacio.
“Estamos en medio de una operación. Están disparando donde quieren, sobre una población civil, sobre ciudades que tienen decenas y cientos de miles de personas. Piensa por un segundo en todas las personas que has mencionado, imagina lo que dirían si un cohete – ¡uno! – fuera disparado contra Washington. Quiero saber qué dirían”, dice Zilberman.
“Hay que derribar un edificio que tiene activos de Hamás y de la Jihad Islámica”.
El portavoz añade que esta operación pretendía disuadir a los grupos terroristas de mantener oficinas junto a los medios de comunicación en el futuro.
“Si Hamás y la Jihad Islámica piensan que los medios de comunicación son su escudo, en la próxima operación en Gaza nos encontraremos con que las oficinas de los medios de comunicación van a aparecer como tapaderas de activos terroristas”, dice.