Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han finalizado con éxito el simulacro de dos semanas denominado «Mano Firme», el cual tuvo como objetivo principal la preparación para un conflicto en múltiples frentes contra Irán y sus proxys terroristas en la región de Oriente Medio.
El grupo Hezbolá en Líbano fue particularmente destacado en este ejercicio.
Participación integral de las FDI y simulaciones realistas
El simulacro involucró a tropas tanto del ejército regular como de reserva, procedentes de diversas unidades militares.
Las simulaciones incluyeron combates terrestres en la frontera norte de Israel con Líbano, ataques aéreos en territorio enemigo por parte de la Fuerza Aérea, operaciones navales en el mar, unidades de inteligencia trabajando de forma continua y ciberunidades realizando simulaciones de guerra electrónica.
Etapas del simulacro y participación destacada
Durante la primera semana, la 91ª División Territorial llevó a cabo ejercicios que simulaban escenarios defensivos y ofensivos en el frente libanés. Paralelamente, la Fuerza Aérea se enfocó en intensos combates aéreos, defensa aérea y ataques estratégicos en profundidad en el territorio enemigo, involucrando a cientos de aviones y miles de interceptaciones.
En la segunda semana, la 36ª División Blindada y la 91ª División Territorial llevaron a cabo un simulacro de largos combates en la frontera norte de Israel. Durante este período, la Fuerza Aérea continuó practicando ataques en diversos escenarios.
La Armada también desempeñó un papel importante en el simulacro, realizando un ejercicio con docenas de buques y utilizando capacidades ofensivas y defensivas para proteger las fronteras marítimas de Israel y garantizar la seguridad de las rutas de navegación.
Coordinación estratégica y preparación integral
Además de las maniobras tácticas, el simulacro incluyó aspectos estratégicos y operativos. El cuartel general de las FDI practicó la ejecución de planes de guerra, mientras que se llevó a cabo una reunión del gabinete de seguridad de alto nivel en el búnker del mando operativo militar en Tel Aviv, simulando la toma de decisiones políticas durante un conflicto en múltiples frentes.
La Dirección de Inteligencia Militar desempeñó un papel clave en la recopilación de información sobre objetivos, identificando cientos de nuevos objetivos reales para las fuerzas participantes. Asimismo, se realizaron ejercicios de guerra cibernética y combates en el espectro electromagnético por parte de la Dirección de Servicios Informáticos.
Otros aspectos del simulacro incluyeron la planificación estratégica de la campaña y la coordinación con ejércitos extranjeros por parte de la Dirección de Estrategia y Tercer Círculo, así como la gestión del programa de combate y la dirección de los procesos operativos por parte de la Dirección de Operaciones.
Preparación para emergencias y colaboración internacional
El Mando del Frente Interior también tuvo un papel destacado en el simulacro, llevando a cabo ataques simulados contra zonas civiles para mejorar la preparación ante situaciones de emergencia. Como parte de estas actividades, se envió una alerta simulada a los residentes de Haifa a través de sus teléfonos móviles, incluyendo instrucciones ficticias para una situación de emergencia.
Además, el Centro de Entrenamiento de Fuerzas Terrestres en el sur de Israel colaboró con un batallón del Ejército de los Estados Unidos y la 7ª Brigada Blindada de las FDI en un ejercicio conjunto.
Enfoque en la preparación y seguridad nacional
Las FDI subrayaron que este simulacro de dos semanas es parte de sus continuos esfuerzos para mantenerse preparados ante cualquier amenaza y garantizar la seguridad nacional en la región. Su objetivo principal es revisar y estudiar las actividades operativas con el fin de mejorar la preparación y el rendimiento en situaciones de combate. Es importante destacar que este simulacro estaba planificado de antemano y no está directamente relacionado con las tensiones actuales en torno al programa nuclear de Irán.
Israel ha expresado su preocupación por la posibilidad de un nuevo acuerdo nuclear con Irán, argumentando que podría legitimar el programa nuclear iraní y reducir el apoyo internacional a acciones militares en caso de ser necesario. Teniendo en cuenta la amenaza significativa que representa el grupo Hezbolá en Líbano debido a su arsenal de cohetes y misiles, las FDI han intensificado sus esfuerzos para desarrollar una capacidad militar creíble para hacer frente a las instalaciones nucleares de Irán en caso de ser necesario.
El simulacro de dos semanas ha sido una oportunidad para fortalecer la preparación y mantener un alto nivel de alerta en el país, reafirmando el compromiso de Israel de salvaguardar su seguridad y proteger a sus ciudadanos.