Dos informes estadounidenses señalan que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habrían iniciado o estarían a punto de comenzar operaciones limitadas en la frontera con Líbano para eliminar posiciones de Hezbolá. Estas acciones se producen tras una serie de ataques israelíes contra este grupo terrorista respaldado por Irán, iniciados luego de la explosión de miles de bíperes en manos de Hezbolá el 17 de septiembre.
Aunque Israel no se adjudicó la responsabilidad de dichas explosiones, al día siguiente lanzó ataques aéreos dirigidos contra objetivos de Hezbolá en el sur de Líbano y en su bastión en el sur de Beirut. Un ataque masivo en la capital libanesa el pasado viernes se saldó con la muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, junto a otros altos comandantes y un general iraní.
Según funcionarios estadounidenses citados por ABC News, Israel aún no ha decidido si realizará una ofensiva terrestre completa en Líbano. Sin embargo, de llevarse a cabo, se espera que tenga un alcance limitado. Para cumplir con el objetivo de permitir el retorno de unos 60.000 desplazados del norte de Israel a sus hogares, el informe destaca que decapitar el liderazgo de Hezbolá no sería suficiente. Las FDI buscan debilitar el comando y control del grupo, destruir sus capacidades en la zona fronteriza y eliminar la amenaza de una posible invasión por parte de la Fuerza Radwan de Hezbolá.
El segundo informe, del The New York Times, señala que desde el final de la Segunda Guerra del Líbano en 2006, Israel ha trabajado en establecer un robusto aparato de inteligencia con el objetivo de penetrar profundamente en Hezbolá. Dicho informe detalla que Israel ha enviado comandos encubiertos “al interior de Líbano” para llevar a cabo “misiones de inteligencia sensibles”, resaltando la voluntad de las FDI de emprender operaciones audaces en comparación con otras agencias de inteligencia a nivel internacional.
A pesar de no haber anunciado una incursión terrestre en Líbano, se han reportado incidentes transfronterizos desde que Hezbolá comenzó a atacar comunidades y puestos militares israelíes el 8 de octubre, como muestra de apoyo a Gaza en la guerra contra Hamás. En abril, cuatro soldados de las FDI resultaron heridos durante una explosión mientras operaban en territorio libanés. El ejército describió el incidente como parte de una “actividad operativa” a varios cientos de metros de la valla fronteriza, involucrando a la unidad de reconocimiento de la Brigada Golani y a la unidad de ingeniería de combate de élite Yahalom. Hezbolá asumió la responsabilidad de la explosión, alegando haber colocado varios explosivos en una zona fronteriza frente a la comunidad de Adamit, en el norte de Israel.
Desde el inicio de la escalada este mes, los ataques aéreos israelíes han causado más de 700 muertes en Líbano. Estados Unidos ha manifestado repetidamente su rechazo a cualquier invasión terrestre israelí en Líbano y ha abogado por una solución diplomática.
El viernes, antes del ataque en Beirut que se saldó con la muerte de Nasrallah, el ejército israelí declaró su “gran confianza” en la capacidad de llevar a cabo una maniobra terrestre, basándose en la experiencia adquirida durante los últimos 11 meses de combates en Gaza. Las FDI anunciaron que se ha planificado detalladamente una ofensiva terrestre en Líbano, la cual ha sido ensayada por las tropas mientras continúan los enfrentamientos en múltiples frentes. Dichos planes contemplan operaciones tanto en áreas cercanas a la frontera como dentro del territorio libanés. Sin embargo, se espera que la operación terrestre sea lo más breve posible.
Una vez concluidos los combates, las FDI señalaron la necesidad de hacer cumplir cualquier acuerdo de alto el fuego con fuerza y evitar que Hezbolá se reagrupe cerca de comunidades fronterizas israelíes. Además, el viernes, se informó que las FDI completaron la movilización de dos brigadas de reserva, Etzioni y Alon, enviadas al norte de Israel para reforzar las tropas ante la posibilidad de una ofensiva terrestre.