El Comando Norte comenzó la siguiente fase de las maniobras militares de gran escala en la Galilea, desplegando un simulacro de una guerra total contra la organización terrorista libanesa chií Hezbolá.
Las maniobras, de once días de duración, incluyen a los flamantes aviones de combate F-35 y decenas de miles de soldados.
Las tropas están practicando un escenario en el cual cientos de combatientes de Hezbolá logran infiltrarse en varias localidades israelíes, bajo la cobertura de los misiles Borkan (morteros pesados capaces de portar una ojiva de entre 100 y 200 kilogramos).
“No vamos a responder proporcionalmente a Hezbolá. Nuestra respuesta a la violación de la soberanía israelí y al daño a nuestros ciudadanos será decisiva, significativa e irá más allá de las fronteras, usando una gran cantidad de recursos”, aseguró un alto oficial del Comando Norte.
El oficial explicó que cuanto más aumenta Hezbolá su poderío, desarrolla capacidades y gana experiencia de combate en la guerra civil siria, más deja expuesto sus puntos débiles.
“Hezbolá ha pasado de ser un grupo terrorista a una organización guerrillera y ahora es un semi-ejército con el incremento de elementos militares, lo que implica una organización con estructura y jerarquía militar”, apuntó.
“Los atacaremos desde tierra, aire y mar, todo al mismo tiempo. Los logros en el terreno le permitirán al liderazgo político cerrar un acuerdo. Vamos a querer acortar temporalmente el conflicto tanto como sea posible. Para ello operaremos con rapidez, recursos y astucia”, añadió el alto oficial.
“No habrá manera de que Hezbolá pueda conquistar un área del territorio israelí; pero [seguramente] afirmará que lo hizo”, agregó. “Nuestra línea de defensa nunca se romperá”.
El alto oficial explicó que el ejercicio está focalizado en Hezbolá y no en el Ejército libanés.
Durante las maniobras, se convocó a la división de reservistas del Comando Norte. En un conflicto militar, los reservistas serán enviados a una zona sensible a lo largo de la frontera, y podrían avanzar una profundidad de hasta 30 kilómetros dentro del Líbano.
Un oficial de alto rango de la división subrayó, “No vamos a perseguir hasta el último cohete. Nahariya podría sufrir ataques con cohetes, incluso hasta el último día de la guerra. El déficit de Hezbolá es que se ha convertido en un ejército; incluso si no tiene aviones ni tanques”.
Mientras tanto, fuentes de inteligencia rusa aconsejaron a Siria y a Hezbolá no responder al presunto ataque aéreo israelí llevado a cabo recientemente contra una instalación militar química, junto a la ciudad siria de Masyaf, en la provincia de Hama, y concentrarse en el cuadro más amplio, según un reporte del diario Yediot Aharonot.
Fuente: Aurora-Israel.co.il