Un soldado reservista que combatió en Gaza y Líbano durante más de 400 días envió una carta mordaz a su comandante de batallón después de que recibiera la tarea de asegurar los convoyes de ayuda humanitaria que entraban en la Franja de Gaza.
En su carta, el soldado escribió: “Después de unos 400 días de servicio en la reserva, con combates en Gaza y en el Líbano, con frío y calor, con cargas pesadas y poco sueño, hoy viví uno de los días más difíciles de la guerra”.
“Desafortunadamente, nos asignaron la difícil e inmoral tarea de asegurar la entrada de alimentos y ayuda para el enemigo que nos combate. Aunque pasaron muchas horas, aún no logro calmar los sentimientos difíciles que experimenté aquel día”.
El soldado también destacó que la disparidad entre su rol y el objetivo de la operación le causó una gran angustia personal. Escribió: “No abandonamos a nuestras esposas, hijos, trabajos y vidas enteras solo para ofrecer ayuda al enemigo”.
Tras pedir una reevaluación de la política de enviar ayuda con riesgo para la vida de los soldados, añadió: “Tenemos que poner las cosas sobre la mesa: la decisión inmoral de arriesgar nuestras vidas para llevar alimentos que sirven a Hamás debe cambiar”.
“Como civil, uno oye hablar de la ‘ayuda humanitaria’ y entiende lo mala que es, pero cuando la ve con sus propios ojos, ya no puede seguir con la vista gorda”, concluyó.
