Las Fuerzas de Defensa de Israel informaron que un misil balístico disparado por Irán el jueves por la mañana portaba una ojiva de bomba de racimo, un nuevo peligro tras casi una semana de hostilidades.
El Comando del Frente Interno explicó que la ojiva se fragmentó a 7 kilómetros de altitud, dispersando unas 20 municiones pequeñas en un área de 8 kilómetros de radio.
Estas municiones, sin propulsión ni guía propia, caen y explotan al impactar. Un oficial militar señaló que este tipo de misil afecta un área mayor que otras ojivas iraníes, aunque cada explosión individual resulta menos potente.
En Azor, una de estas municiones, con 2,5 kilogramos de explosivo, dañó una vivienda, con un impacto similar al de un cohete pequeño. Varias de las bombas no detonaron, lo que las convierte en un riesgo latente, según el oficial.
El Comando del Frente Interno neutralizó 20 de estas bombas, pero alertó que podrían quedar más sin localizar. Instó a la población a evitar restos de misiles, que actúan como minas, y a notificar a las autoridades de inmediato si se encuentran.
No se modificaron las instrucciones para los civiles respecto a los ataques con bombas de racimo. Organizaciones de derechos humanos han condenado estas armas por su carácter indiscriminado, que amenaza a civiles sin distinguir entre combatientes y no combatientes.
Un total de 112 países firmaron la Convención de 2008 que prohíbe las bombas de racimo, pero ni Irán ni Israel forman parte de ella. El tratado destaca que estas armas “matan o mutilan a civiles, incluidas mujeres y niños, obstruyen el desarrollo económico y social, dificultan la rehabilitación y la reconstrucción después de los conflictos (y) retrasan o impiden el regreso de los refugiados y los desplazados internos durante muchos años después de su uso”.
Otros tres misiles impactaron directamente en Israel con ojivas convencionales, cargadas con cientos de kilogramos de explosivos. La ofensiva, que incluyó unos 20 misiles balísticos, forma parte de los ataques diarios de Irán tras la ofensiva israelí contra la República Islámica iniciada el viernes pasado.
Los misiles dañaron gravemente el hospital Soroka en Beersheba y edificios residenciales en Ramat Gan y Holon, dejando decenas de heridos, seis de ellos en estado grave. Las defensas antiaéreas interceptaron la mayoría de los proyectiles, por lo que no se confirmó si otros llevaban ojivas de racimo.
Israel justifica su operación contra líderes militares, científicos nucleares, instalaciones de uranio y el programa de misiles de Irán como una medida para frustrar el objetivo declarado de la República Islámica de destruir el estado judío.
Irán ha respondido con más de 450 misiles y 1.000 drones contra Israel, causando 24 muertos y cientos de heridos. Algunos proyectiles han destruido edificios de apartamentos, generando daños significativos.