La Fiscalía Militar de Israel una acusación formal por delitos contra la seguridad nacional contra la ciudadana turca Ebru Ozkan, que fuera arrestada en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión hace un mes.
Se la acusa de asociación ilícita, delitos contra la seguridad pública en beneficio de la organización Hamás y de introducir al país dinero proveniente del enemigo. Según la acusación, en 2016 la acusada decidió viajar a Israel con un grupo de turistas. Mientras estaba en el aeropuerto de Estambul, un guía turístico llamado Muhammad Samar se acercó a la acusada con 15 botellas de perfume y le pidió que las introdujera en territorio israelí.
Samar le explicó que las botellas de perfume se usarían para lavar dinero en beneficio de la organización palestina Hamás. De acuerdo con la Fiscalía Militar, Ozkan aceptó el encargo y transportó el perfume, que al día siguiente le entregó a un hombre cuya identidad desconocía. “Al hacerlo, la acusada hizo un servicio para la organización Hamás, que es una asociación ilegal”, asegura la acusación.
Entre marzo de 2016 y hasta su arresto en junio de 2018, la acusada trabajó como secretaria en un centro de investigación en Turquía, junto con varios activistas de Hamás. Según la acusación, Ozkan informó a los activistas de sus intenciones de visitar la mezquita Al-Aqsa en Jerusalénén.
Uno de los empleados del centro, Abd al-Latif-Sada, le pidió a Ozkan que transfiriera dinero a un amigo que vive en la zona, y la acusada también cumplió con su pedido.
Dos días más tarde, Abd al-Latif-Sada le dio a Ozkan una billetera de cuero y un cargador de teléfono, y le indicó que lo pusiera en su equipaje. También la instruyó para que no dijera nada sobre el dispositivo a los guardias de seguridad israelíes si se le preguntaba al llegar, aparte de que fue comprado en Turquía.
Antes de su vuelo, Ozkan recibió 500 dólares y los detalles de una persona que la estaba esperando en Israel. Abd al-Latif-Sada le pidió que le diera a su amigo el dinero con las palabras: “El chocolate de parte de tu amigo, a quien le enviaste el dinero”.
De acuerdo con la acusación, quedó claro para las autoridades israelíes que la acusada estaba involucrada en una actividad perjudicial para la seguridad nacional y regional.
Después de su llegada a Israel, Ebru Ozkan se puso en contacto con el amigo de Abd al-Latif-Sada. Dado que no logró organizar una reunión, regresó a Turquía con el dispositivo. En junio de 2016, el centro de investigación en el que trabajaba Ozkan se trasladó a un lugar diferente, pero ella mantuvo el contacto con Abd al-Latif-Sada. Ambos volvieron a reunirse y planearon nuevamente una transferencia de dinero a Hamás.
La demanda alega que la acusada recibió 500 dólares por una transferencia y otros 100 por sus servicios. El dinero finalmente fue llevado al país por su hermana.
El abogado de la ciudadana turca, Omara Khamaisi, negó los cargos y aseguró que Ozkan no contó con un abogado durante la mayor parte de su detención. También denunció que la joven no fue interrogada en turco, lo que – según el abogado defensor – provocó distorsiones en la forma en la que se registraron sus respuestas a algunas preguntas.
En declaraciones a la prensa local, ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, se refirió a Ebru Ozkan como “nuestra hermana” y acusó a Israel de “tomar medidas disuasorias contra nuestros ciudadanos que viajan a Jerusalén”.
“Tomaremos represalias contra esto. Nuestras relaciones se normalizarán cuando Israel detenga sus políticas inhumanas”, advirtió el funcionario.