El jeque Ikrima Sabri, el imán de la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén, está acusando a organizaciones judías “extremistas” de emprender una batalla legal “para alcanzar la soberanía israelí en la mezquita Al-Aqsa”.
En su sermón semanal del viernes, Sabri dijo que aún existen los peligros para la mezquita y los sitios islámicos en Jerusalén, incluido el cierre de la casa de oración de Bab al-Rahma, que dijo que es una parte inseparable de la mezquita de Al-Aqsa. También citó las quejas presentadas por organizaciones judías contra las dotaciones religiosas y las instituciones religiosas de la mezquita Al-Aqsa.
“La ocupación se esfuerza de esta manera para una vez más y de otra manera imponer la soberanía a través de una decisión de la corte sionista para lograr el control sobre Al-Aqsa”, acusó Sabri.
Sabri repitió una fatwa que publicó diciendo que, según el Islam, está prohibido usar el plan de estudios oficial israelí en las escuelas de Jerusalén porque “estos libros de texto son contrarios al Islam y los valores islámicos”. “Cualquiera que enseñe, estudie o envíe a sus hijos a una escuela donde se les enseña estos programas es un pecador”, dijo.
Sabri en el pasado ha emitido advertencias a Israel sobre Al-Aqsa.
En 2014, declaró que Al-Aqsa era una “línea roja” para los árabes y agregó: “No abandonaremos ni un solo grano de tierra (en la mezquita de Al-Aqsa), ya que los judíos no tienen ninguna conexión con él”.
El año pasado, Sabri rechazó la demanda de oración judía en el Monte del Templo, diciendo que es “inaceptable”.
“La mezquita de Al-Aqsa no se rendirá al regateo y las negociaciones, y no abandonaremos ni un solo grano de tierra”, declaró.