Jerusalén ha presentado una fuerte protesta ante Amman luego de que una ministra jordana fue vista pisando una bandera de Israel en la entrada a una reunión del gobierno durante el fin de semana.
La reunión se celebró en la sede sindical del país, un organismo profundamente opuesto a la normalización de las relaciones con Israel a pesar de un tratado de paz firmado en 1994.
El sindicato colocó un dibujo de la bandera de Israel en el piso en la entrada de su edificio, junto con huellas, alentando a los visitantes a pisarla como una forma de afrenta contra Israel.
La ministra de Jordania para asuntos de medios y comunicaciones y la portavoz del gobierno, Jumana Ghunaimat, fueron elogiadas en las redes sociales por estar entre quienes eligieron pisar la bandera cuando ella llegó a la reunión.
En contraste, el primer ministro, Omar Razzaz, eligió ingresar al edificio por una entrada lateral, evitando así pisar el símbolo de Israel, con lo que se ganó críticas en los medios jordanos.
Los activistas políticos también lo interrumpieron durante su discurso en la sede, acusándolo de hipocresía por “apoyar a la entidad sionista”.
Los informes de los medios no especificaron si otros ministros y altos funcionarios habían pisado la bandera o habían elegido entrar al edificio por la entrada lateral.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel ha presentado una fuerte protesta ante Jordania por el incidente, tanto ante funcionarios del gobierno en Amman como ante la embajada del reino Hachemita en Tel Aviv.
El agregado de Jordania en Israel ha sido convocado para aclarar el asunto el lunes en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Aunque los dos países tienen un tratado de paz, los lazos con Israel son impopulares entre gran parte del público en Jordania.
El mes pasado, el rey Abdullah II de Jordania anunció que no renovaría parte del tratado de paz de 1994 que otorgó a Israel el uso de dos pequeñas áreas agrícolas a lo largo de la frontera.
Abdullah dijo que retiraría dos anexos del acuerdo de paz que permitieron a Israel arrendar las áreas a los jordanos por 25 años. Los arrendamientos expiran el año que viene.
Abdullah no dio una razón para su decisión, pero ha estado bajo presión doméstica para finalizar el contrato de arrendamiento que incluye áreas en Naharayim en el norte y el enclave de Tzofar en el sur del desierto de Arava, los cuales ahora regresarán a manos jordanas dentro de un año.
Amman ha enfrentado una intensa presión para cancelar el contrato de arrendamiento con Israel, incluidos 80 legisladores que firmaron una carta al gobierno instando a la cancelación.