El gobierno de Suiza ha estado financiando directamente actividad dirigida a Israel durante el año pasado. La financiación, estimada en al menos 2 millones de dólares, fue transferida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suiza a través de su misión diplomática en Ramallah a una serie de organizaciones israelíes y palestinas hace un año.
La transferencia de fondos tuvo lugar poco después de que el gobierno suizo terminara su apoyo al Secretariado de Derechos Humanos y Derecho Internacional, con sede en Ramallah, sobre su apoyo al movimiento de boicot, desinversión y sanciones. En última instancia, sin embargo, los fondos se destinaron a financiar proyectos similares.
Los contratos fueron firmados por la misión diplomática suiza en Ramallah y seis organizaciones pro palestinas en 2018. Además, se asignaron fondos a tres organizaciones israelíes: la organización de derechos humanos Hamoked, Physicians for Human Rights y Adalah-The Legal Center for Arab Derechos de las minorías en Israel.
Entre las actividades financiadas de conformidad con el contrato se encuentran “casos de construcción para la Corte Penal Internacional” y “recopilación de testimonios, inspecciones de campo, entrevistas y -asistencia- a las víctimas de crímenes de guerra”.
De acuerdo con la doctrina de seguridad formulada por el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, la Corte Penal Internacional es una de las mayores amenazas para Israel.
Otras actividades financiadas por los suizos incluyen interferir con la demolición de hogares terroristas por parte de Israel. Así, por ejemplo, el contrato con Hamoked señaló que “la organización alertará a las familias de los palestinos involucrados en -actos de violencia- antes de la posible demolición del hogar” en cuestión.
El contrato señaló además que los fondos suizos se destinarán a financiar transmisiones de radio destinadas a obtener apoyo para una comunidad beduina que enfrenta el desalojo. Si bien el contrato no especifica la comunidad beduina en cuestión o las estaciones de radio que ayudarán en este esfuerzo, claramente constituye una injerencia descarada en los asuntos internos de Israel. Entre las otras actividades que financiarán los suizos se encuentran la asistencia para los terroristas encarcelados, la participación en protestas semanales que exigen su liberación, la representación legal de los terroristas, el asesoramiento legal para sus familias y la presentación de denuncias que exigen el retorno de los cuerpos terroristas.
La Embajada de Suiza en Israel emitió un comunicado diciendo: “Ninguna actividad del gobierno suizo estaba destinada a dañar al Estado de Israel. Suiza tiene una relación floreciente con Israel en muchos campos. De acuerdo con la Cláusula 54 de la Constitución Federal de Suiza, el gobierno suizo promueve el respeto por los derechos humanos y la democracia, así como la coexistencia pacífica de los pueblos de todo el mundo”.
Shaun Sacks, investigador principal de la ONG Monitor, dijo que estaba sorprendido por estos hallazgos, que dijo que “exigen atención inmediata”.
“Suiza es un país amigable con Israel, y hace solo dos años aprobó una ley que prohíbe la financiación de organizaciones que promueven el antisemitismo o tienen vínculos con organizaciones terroristas, y por lo tanto, esta medida es una clara violación de todas las normas diplomáticas”, dijo.