Se espera que en los próximos meses empiece a llegar una nueva oleada de refugiados ucranianos a los países de Europa del Este, mientras muchos estados vecinos se preparan para abrir nuevos centros de acogida y comienzan a poner en marcha nuevos programas para ayudar a los que huyen de la invasión rusa, que dura ya casi un año.
Según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hasta ahora han huido del país 4,5 millones de ciudadanos ucranianos, muchos de los cuales se han dirigido a estados vecinos como Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia. Algunos incluso han viajado más lejos, con más de 100.000 ucranianos que han llegado al Reino Unido hasta agosto de este año.
Desde la primera oleada de refugiados que salieron del país a principios de 2022, el número de personas que buscaban escapar de Ucrania se redujo a medida que se acercaba el verano, pero según un informe de Reuters, las organizaciones benéficas están viendo signos de más personas que intentan cruzar la frontera. La noticia llega mientras las fuerzas rusas evacuan por la fuerza a los residentes de algunas zonas ocupadas del país, incluida Kherson, en el sur del país.
Según el coordinador de la ayuda, Roman Dohovic, que trabaja en Kosice, ciudad situada en el este de Eslovaquia, el número de personas que abandonan el país ha aumentado un 15%.
“Nos llaman personas que ya están en Kosice y buscan alojamiento para familiares y conocidos que aún están en Ucrania”, dijo Dohovic.
Se espera que hasta 700.000 ucranianos crucen a Eslovaquia en los próximos tres meses, ya que las temperaturas bajan y muchas partes de Ucrania luchan por mantener las luces encendidas y sus hogares calientes.
¿Podrá Ucrania sobrevivir al invierno?
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, declaró recientemente a los medios de comunicación estatales que los habitantes de la capital ucraniana deberían prepararse para un invierno duro, ya que los constantes ataques rusos a las infraestructuras energéticas están causando grandes problemas al país.
Como consecuencia de los ataques rusos, muchos ucranianos podrían quedarse sin acceso a agua corriente, calefacción o electricidad, una crisis que está provocando la salida de más ucranianos del país hacia los estados vecinos.
“Estamos haciendo todo lo posible para evitarlo. Pero seamos sinceros, nuestros enemigos están haciendo todo lo posible para que la ciudad se quede sin calefacción, sin electricidad, sin suministro de agua, en general, para que todos muramos. Y el futuro del país y el de cada uno de nosotros depende de lo preparados que estemos para las distintas situaciones”, dijo Klitschko.
Los apagones ya son habituales en las principales ciudades ucranianas, y como se rumorea que Rusia prepara una nueva ofensiva para el nuevo año, este invierno podría convertirse en la calma que precede a la tormenta. Mientras continúan los combates, Rusia podría depender de más ataques con drones a las infraestructuras energéticas del país para presionar lo más posible a Kiev para que ceda a las exigencias del Kremlin.