El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Adel al-Jubeir, llamó el jueves a la organización terrorista Hezbolá a desarmarse, advirtiendo al grupo de que están en marcha los esfuerzos regionales para expulsarlos del gobierno libanés.
En una conferencia de prensa en la capital saudí de Riad, al-Jubeir denunció a Hezbolá como «una herramienta de la Guardia Revolucionaria iraní» y «una organización terrorista de primera clase utilizada por Irán para desestabilizar al Líbano y la región».
«Hezbolá ha secuestrado el sistema libanés», dijo.
Al-Jubeir agregó que «las consultas y la coordinación entre países amantes de la paz y países amantes del Líbano están en marcha para tratar de encontrar un camino que restaure la soberanía del Líbano y reduzca la acción negativa que Hezbolá está llevando a cabo en el Líbano«.
Las declaraciones del ministro se produjeron cuando el reino rechazaba las acusaciones de que el primer ministro libanés, Saad Hariri, estaba detenido en Riad después de su sorpresiva renuncia a principios de este mes.
«La acusación de que el reino retiene a un primer ministro o a un ex primer ministro no es cierta, especialmente un aliado político como Hariri», dijo al-Jubeir en la conferencia de prensa flanqueada por su homólogo francés, Jean-Yves Le Drian.
«No sé la fuente de estas acusaciones. Pero son rechazadas y carecen de fundamento y son falsas», dijo al-Jubeir, quien agregó que Hariri está en Arabia Saudita por su propia voluntad y que «se irá cuando quiera».
Hariri ha estado en Riad desde que el 4 de noviembre, dio a conocer en televisión que renunciaría porque temía por su vida y también acusó al archirrival de Arabia Saudita, Irán, y a su aliado libanés, Hezbolá, de desestabilizar al Líbano.
Pero el presidente libanés, Michel Aoun, se negó a aceptar su renuncia del exterior y acusó a las autoridades sauditas de «retener» a Hariri en Riad contra su voluntad.
En la conferencia de prensa del jueves, se anunció que Hariri había aceptado una invitación para visitar Francia en los próximos días.
Aoun confirmó que Hariri y su familia llegarán el sábado a Francia, «donde descansará por unos días» antes de regresar a Beirut para tomar «una decisión con respecto a la renuncia».
Dio la bienvenida a la decisión de Hariri de aceptar la invitación francesa y dijo que esperaba que «abriera la puerta a una resolución» de la crisis política en el Líbano.
«Espero el regreso del presidente (del consejo de ministros) Hariri para decidir el próximo movimiento con respecto al gobierno», dijo Aoun a los periodistas.
Por separado, el jueves, el ministro de Relaciones Exteriores del Líbano, Gibran Bassil, en una gira europea por la crisis, dijo a los periodistas que «nuestra preocupación es que él (Hariri) regrese y tome la decisión que él quiere».
Bassil habló en una conferencia de prensa en Berlín con el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, quien calificó la situación en Líbano como «muy peligrosa».
Advirtió a otros países que no interfieran ni hagan nada para amenazar la unidad y la estabilidad del Líbano, diciendo que «cada ataque será contraproducente y hará sufrir a toda la región».